““Estoy entusiasmado con el Skyraider II. Creo que tenemos una capacidad que es solo nuestra y vamos a tener la capacidad de darle forma para convertirla en algo que el resto de la nación tal vez ni siquiera sepa que necesita en este momento”, dijo el teniente general Michael Conley, comandante del Comando de Operaciones Especiales de la USAF.
El OA-1K de L3Harris Technologies y Air Tractor Inc. fue la aeronave ganadora del programa Armed Overwatch (vigilancia armada), que buscaba un avión monomotor robusto y versátil capaz de ejecutar misiones de inteligencia, vigilancia y reconocimiento que en la actualidad son realizadas por los aviones desarmados U-28A Draco y MC-12W Liberty, y que en un futuro reemplazará, pues con los nuevos Skyraider II el AFSOC tendrá otra aeronave con capacidad de ataque a tierra además de ser una plataforma que permita desarrollar misiones de apoyo aéreo cercano y de ataque de precisión con una potencia casi similar a la de los cañoneros AC-130J Ghostrider del 73.º Escuadrón de Operaciones Especiales. (Bernardo de la Fuente)”
Pero es que de las palabras del comandante Michael Conely no se deduce eso: lucha contrainsurgencia o contra el narcotráfico. Está claro que dada la naturaleza de sus misiones no va a entrar en detalles pero parece muy entusiasmado con estos cacharros, ¿qué se nos escapa?.
Hay que romper el cliché de “avión turbohélice=lucha contra el narco”, es un vector que se ha descuidado durante decadas y que cubre un amplio hueco en muchos perfiles de misiones que ahora, simplemente, no se pueden llevar a cabo.