La Casa Blanca confirmó el lunes 1 de diciembre que atacó dos veces el mismo barco, sospechoso de tráfico de drogas, para matar a los supervivientes.
Un almirante estadounidense ordenó a principios de septiembre un segundo bombardeo contra un barco que supuestamente transportaba drogas en el Caribe para matar a los supervivientes de un primer ataque, en un momento en que la legalidad de estas operaciones militares está siendo cuestionada en Washington.
Se cita con nombres y apellidos que el secretario de Defensa, Pete Hegseth, autorizó al almirante Frank Bradley, comandante de las fuerzas de operaciones especiales militares estadounidenses, a realizar los ataques con "energía cinética". El almirante Bradley actuó dentro del ámbito de sus funciones y de conformidad con la ley que rige la intervención militar para garantizar la destrucción del buque y la eliminación de la amenaza para Estados Unidos, declaró la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Karoline Leavitt.
En que manos estamos.