En una intervención del presidente del Comité de Defensa británico, calificó los programas de vehículos blindados como un "verdadero desastre", señalando el caso Ajax como de una gran preocupación a nivel nacional. Los hechos documentados revelan una larga historia: riesgos auditivos identificados ya en 2018, repetidas suspensiones de pruebas entre 2020 y 2021, aproximadamente 165 vehículos entregados de los 589 pedidos y un hito de capacidad operativa inicial (IOC) pospuesto hasta aproximadamente este año.
Estos elementos coincidentes confirman que no se trata de un incidente aislado. El Ajax del Ejército británico representa una larga tradición de compromisos, donde la prevalencia nacional genera una fuerte tendencia hacia las reparaciones, lo que conlleva el riesgo de retrasos en la entrada en servicio, pone en peligro la salud de la tripulación y afecta la disponibilidad operativa a corto plazo.
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