Ucrania se atribuyó la responsabilidad de un espectacular ataque ocurrido lejos de sus fronteras. El viernes 12 de diciembre, un funcionario del Servicio de Seguridad de Ucrania (SBU), citado por Reuters, confirmó que drones habían atacado dos plataformas petroleras rusas ubicadas en el mar Caspio, a unos 700 kilómetros de la frontera con Ucrania.
Las instalaciones atacadas son las plataformas Filanovsky y Korchaguine, ambas pertenecientes al gigante petrolero ruso Lukoil. Este ataque es el primero de este tipo desde el inicio de la invasión de Ucrania en febrero de 2022.
Según la información proporcionada por el funcionario del SBU, los drones dañaron equipos críticos en ambas instalaciones, lo que provocó una suspensión inmediata de la producción.
El Wall Street Journal reveló que esta operación a gran escala requirió 18 meses de preparación, ingenio tecnológico y coordinación transfronteriza. Los drones se ocultaron en compartimentos falsos dentro de los techos de camiones para su transporte clandestino por Rusia.