Es en mi opinión y corta y pega sin estructurar, que parte de datos poco objetivos, ya que Malvinas fue un conflicto en plena guerra fría, y aún dirigiéndose a la traca final, fueron años muy duros en los que se pudo acabar mal.
La AE, que en ese momento tenía una potencia submarina digna, al contrario de lo que manifiesta el artículo no entendió nada o casi nada, fue incapaz de mantener ese segmento y comenzó a liquidarlo con alegría.
Si desde hace tanto tiempo la AE era consciente de los buenos resultados del mayor tiempo en inmersión y equipamiento moderno, no planificó ni mucho menos un relevo ordenado y para su desgracia el AIP, que muchas otras marinas lo incorporaban quince años después de Malvinas, aquí 43 años más tarde sigue siendo un deseado tras dejar el arma submarina al borde de la extinción.
Y dice que en 2005, el Estado Mayor, considera que “las Malvinas demostraron que el submarino no era una reliquia de la Guerra Fría, sino una herramienta de disuasión y proyección de fuerza de primera línea” y que esto reforzó la necesidad de una flota submarina moderna y tecnológicamente competitiva...
Mucho cambio el pensamiento naval español sobre el submarino, cuando según el almirantazgo, el submarino es un arma de pobres.