Artículo interesantísimo sobre la US Navy. Este verano llegué a las mismas conclusiones cuando miraba estos temas.
A notar la desindustrialización en USA.
Algunos extractos, aunque lo del falso número de carriers ya es conocido hace años.
https://theobjective.com/tecnologia/2024-10-25/us-navy-once-portaaviones-solo-operativos-dos/
La US Navy posee 11 portaaviones pero solo tiene operativos dos
La solución a corto plazo pasa por subcontratar a las fuerzas navales de otros países
La superpotencia embarranca. De los doscientos setenta navíos de guerra que hay en su arsenal, once son portaaviones; suma más que todas las flotas del resto del mundo juntas en este tipo de buque. Su problema es que nueve de ellos están inoperativos. La armada más poderosa del mundo, al menos de forma temporal, hace aguas.
Lo peor es que las soluciones no están en un horizonte cercano. El inventario disponible no da abasto ante los conflictos reinantes
Al cierre de este artículo, de la casi docena de portaaviones de que dispone la US Navy, solo dos estaban —están— en activo. El USS Abraham Lincoln (CVN-72) se encuentra fondeado frente a las costas de Singapur, y el USS Harry S. Truman (CVN-75) estaba navegado al norte de Países Bajos a 13,5 nudos por hora y en dirección hacia costas escandinavas.
Un tercero, el USS Dwight D. Eisenhower (CVN-69) estuvo realizando tareas de vigilancia y control hasta el pasado verano en las costas de Oriente Medio. Volvió al puerto de Norfolk a mediados de julio tras un despliegue programado de seis meses que tuvo que ser prolongado durante casi nueve. Este recurso, el de alargar lo previsto, castiga a las tripulaciones, y barcos y aeronaves han de volver a puerto, para reparaciones, revisiones, y el descanso propio de sus ciclos vitales.
Tras su vuelta a casa, la US Navy se encontró con un problema: no tenía banquillero que saliese al mar para sustituirle. El resto de portaaviones están amarrados en puerto o directamente en dique seco. En caso de emergencia, ante un conflicto armado a gran escala, se calcula que entre seis y siete podrían entrar en servicio de forma rápida, pero no inmediata. Las preparaciones no llevarían menos de tres meses.
Con casi una docena, deberían tener al menos cuatro navegando, y, sin embargo, solo tienen en servicio la mitad de ese mínimo.
Lo que ocurre a los otros se debe a varias causas, y una de las claves es su combustible. Cuando se construyen los reactores nucleares, son cargados hasta arriba de uranio enriquecido hasta al menos el 20 %, el mínimo requerido para su uso militar. Si la vida útil de un barco así suele ser de cincuenta años, en mitad de su ciclo de uso, se reabastece al menos una vez, y es un complicado proceso llamado RCOH
A esto hay que añadir retrasos en sus reparaciones debido a escasez de personal, cadenas de suministro que aún están pagando el parón de la pandemia, y el abultado coste que supone el mantenimiento de barcos tan complejos.
El de la falta de personal es un problema acuciante. En los años 70 existían en suelo estadounidense diecinueve astilleros habilitados para realizar estas funciones, pero hoy hay solo cuatro.
Con problemas de reclutamiento, muchas de estas naves redujeron su marinería, y con ello, la mano de obra embarcada que se encargaba de su mantenimiento, lo que prolongaba los periodos de taller.
Sorpresas al abrir el motor
A veces se encuentran problemas inesperados en los muelles, como los del USS George Washington (CVN-73), que tuvo que sumar dos años extra a los cuatro previstos, o el USS John C. Stennis (CVN-74), con el que calculaban que estaría fuera de combate cuatro años y acabarán siendo cinco y medio.
En las reparaciones participan entre 5.000 y 15.000 personas
El perfecto ejemplo de que acelerar más de lo debido puede conducir al desastre es el USS Boxer (LHD-4), un buque de asalto que guarda cierto paralelismo con la arquitectura del Juan Carlos I español.
Regresó a puerto en 2019, recortaron en gastos y se saltaron pasos en el proceso de restauración para devolverlo al agua. El resultado fue que no pasó las pruebas de mar, así que regresó para realizarle más reparaciones, lo que supuso dos años extra de parada. En 2024 se desplegó por primera en cinco años, y duró diez días navegando por fallos en sus timones. Se habla de que podría estar listo en octubre de 2026; supondría un total de siete años tras su último periodo operativo.