Ahora que Navantia está preseleccionada con la fragata Alfa 4000 como uno de los tres finalistas para su programa de nuevos buques de superficie, conocido como clase Lulea.
Conviene conocer las prioridades estratégicas de Suecia: vigilancia báltica y disuasión integrada, donde ponen el foco principal en buques multipropósito capaces de operar en entornos hostiles como el mar Báltico, caracterizado por aguas someras, amenazas submarinas rusas y la necesidad de defensa antiaérea de largo alcance.
La Svenska marinen definió requisitos estrictos para estas unidades:
- Alta capacidad antisubmarina (ASW) para contrarrestar submarinos clase Kilo y Lada.
- Defensa antiaérea (AAW) con sistemas de misiles de área amplia.
- Versatilidad para guerra de superficie, guerra electrónica y operaciones asimétricas.
- Integración total con drones aéreos, de superficie y submarinos no tripulados.
Y además, se enfatiza en:
- Sostenibilidad energética.
- Reducción de firmas acústicas y radar, en aras de la furtividad.
- Compatibilidad con estándares OTAN, incluyendo el sistema AEGIS o equivalentes.
Y que su programa responde a una doctrina de «defensa total» post-Ucrania, con énfasis en la disuasión colectiva y la proyección limitada pero efectiva en el Ártico y el Atlántico Norte.
Esta preselección de diseños maduros como la Alfa 4000 es para acelerar el proceso, evitando los retrasos inherentes a desarrollos "from scratch", -desde cero– una lección aprendida de otros programas previos y en su caso las Visby, que sufrieron sobrecostes significativos. Por eso ahora se evalúa a prototipos detallados, con una elección del buque ganador para mediados de 2026.
