Con motivo de Euronaval, en la reunión sobre industria naval, dos de los máximos responsables de las marinas francesa y británica, piden cambios drásticos en el diseño de los buques de guerra por el ritmo del cambio en la guerra marítima que requiere que las armadas occidentales innoven más rápido y trabajen más íntimamente con sus socios industriales para derrotar las amenazas cambiantes.
Dicen que las armadas ya no pueden contar con que los buques sigan siendo relevantes durante sus 40 años de vida útil, ya que los sistemas de armas cambiarán "dramáticamente" durante ese período y que pueden necesitar ser adaptados con una frecuencia de hasta un año, lo que requiere una arquitectura de los buques que permita que los sistemas se conecten y cambien cuando sea necesario. Y que eso lleva a construir un barco que sea adaptable durante 40 años, lo cual es bastante complicado.
El cambio tecnológico generacional está ocurriendo mucho más rápido que el tiempo que lleva construir un barco, lo que significa que las armadas necesitan incorporar nuevas capacidades "mucho más rápido que la velocidad a la que podemos construir un casco", y “Por lo tanto, hay que separar la capacidad operativa de la plataforma que nos llevará hasta allí”.
Lo que vimos en el Mar Rojo es que tenemos que adaptar nuestro sistema muy rápidamente. La lección fue que las fuerzas deben ser “mucho más agudas” y concentrarse en los factores que realmente importan, en lugar de buscar una solución perfecta que llegará tarde, pues nos han educado en la búsqueda de la perfección y, en realidad, no tenemos tiempo para eso”.
Otra lección del Mar Rojo es que enfrentarse a una amenaza constante es “realmente duro” para las tripulaciones, y la marina probablemente necesite más gente a bordo, cuando se venia aportando por reducir la tripulación, "y tendremos que revisarlo”.
Según ambos almirantes, acelerar la innovación requerirá una cooperación más estrecha con la industria. En las próximas semanas, la marina francesa comenzará a incorporar ingenieros industriales a bordo, en particular en el campo de la inteligencia artificial, para ayudar a los socios industriales a comprender las necesidades a bordo y acelerar la innovación, y en el caso francés se está considerando tener un buque dedicado a aplicaciones de vanguardia.