Marinas de Australia y Nueva Zelanda
-
Australia dispara Tomahawk por primera vez en una prueba frente a la costa oeste de Estados Unidos. El HMAS Brisbane (DDG-41), segundo de los tres destructores de la clase Hobart fue el protagonista. Australia es la tercera nación en disparar el misil de crucero de largo alcance después de Estados Unidos y el Reino Unido. Día de luto en la Armada Española.
-
Nótese, como hemos comentatado otras veces, que todo el proceso de carga (al menos primera carga), pruebas y certificación de barcos/ sistemas/ dotaciones, se realiza exclusivamente en áreas de tiro estadounidenses y por personal/ centros habilitadores estadounidenses. Lo cual plantea problemas de dependencia (lo que a la Armada le resbala completamente, casi lo desean), y problemas de disponibilidad para operaciones en flotas pequeñas, ya que hay que destacar allí durante un tiempo el buque, fragata o submarino, con la dotación para ello, y hacerlo dentro de los periodos de calendario de la US Navy para ello (esto último, siempre que sea en USA, a la Armada se la refanfinfla).
-
Hoy BAE junto con la AustSubAgency y ASC Pty Ltd., se firmó el acuerdo contractual que respalda la entrega de la flota de submarinos SSN AUKUS para la Marina Real Australiana.
-
Según un comunicado de prensa publicado por Austal el 22 de diciembre, la empresa ha obtenido un nuevo contrato para construir dos patrulleras de clase Evolved Cape adicionales para la Fuerza Fronteriza Australiana. Este acuerdo por 137,02 millones de dólares australianos eleva a 12 el número total de estas embarcaciones, de las cuales ocho ya se han entregado desde 2020.
-
Y el MoD de Australia, anuncia para la clase Hunter, un segundo tramo de financiación, según lo dispuesto en la Revisión Estratégica de Australia 2024, partiendo inicialmente de 9 barcos que ahora serán 6, con esta nueva inyección económica cada buque va a salir por la friolera de 4.000 millones de euros.
Entre dos y cuatro veces más que el coste de un buque similar occidental, incluida la clase constellation. -
4000 la unidad,el negocio del siglo. Cierra el programa y sigue con la clase Hobart.
-
Y el MoD de Australia, anuncia para la clase Hunter, un segundo tramo de financiación, según lo dispuesto en la Revisión Estratégica de Australia 2024, partiendo inicialmente de 9 barcos que ahora serán 6, con esta nueva inyección económica cada buque va a salir por la friolera de 4.000 millones de euros.
Entre dos y cuatro veces más que el coste de un buque similar occidental, incluida la clase constellation.A este paso, entre submarinos nucelares y escoltas van a tener que ceder un estado de la Commonwealth a la Corona para pagar.
Si es que no lo han cedido ya.
Mientras, el iluminado de su ex primer ministro en Washington cobrando de una mamandurria.
-
El primero de la nueva serie de buques patrulleros de alta mar encargados al grupo alemán Lürssen, el HMAS Arafura, ha sido entregado a la Marina Real Australiana (RAN). Este programa se conoce como SEA 1180, e inicialmente lo forman seis buques.
-
El pasado 7 de febrero, el Secretario de Defensa de EE.UU. 🇺🇸, Pete Hegseth, confirmó que Australia 🇦🇺 ha realizado un primer pago de 500 M$ dólares como parte del acuerdo de adquisición de submarinos de ataque de propulsión nuclear de la clase Virginia.
.
Este desembolso forma parte de un total de 3.000 millones de dólares destinados a la adquisición de tres SSN clase Virginia -
Esto de los submarinos nucelares australianos es hilarante, al nivel de los portas con catapulta ibéricos. El articulo es francés, pero no cambia las cosas.
Las antípodas unidas por un mismo fin naval: la demolición de su marina. Encima pagando dinero, cuanto más dinero das a la marina, peor marina tienes. John Kangaroo estará contento.
(Pero bueno, que ellos son los que saben)
Ante el retraso del programa AUKUS Australia piensa de nuevo en los Suffren franceses.
En 2016, Australia anunció que el Grupo Naval Francés [DCNS, en ese momento] había sido seleccionado para suministrar doce submarinos de propulsión convencional Shortfin Barracuda Block 1A a la Marina Real Australiana [RAN], luego de una licitación valorada entonces en más de 34.000 millones de euros durante cincuenta años. Canberra firmó una asociación estratégica con París para consolidar este contrato.
Pero esta elección fue atacada por grupos de intereses, ayudados en esto por algunos medios de comunicación influyentes.
Denunciando unos costes “exorbitantes”, uno de ellos defendió la idea de un “plan B” basado en una solución “provisional” que implica la compra de nuevos submarinos distintos de los franceses antes de equipar a la RAN con submarinos nucleares de ataque [SNA].
Tales maniobras habían sido denunciadas por Hervé Guillou, entonces director general de Naval Group. «Estas críticas son completamente maliciosas y completamente infundadas. Es una campaña maliciosa que no tiene ninguna razón de ser», dijo con enfado durante una audiencia parlamentaria en febrero de 2020.
Más de un año después, Australia canceló el contrato notificado a Naval Group tras sellar el pacto AUKUS con Estados Unidos y Reino Unido. Un pacto que supuestamente le permitiría adquirir ocho submarinos de ataque nuclear.
En dicho pacto, Estados Unidos se ha comprometido a entregar tres SSN de clase Virginia a Australia entre 2032 y 2038. Se espera que los otros cinco se fabriquen como parte del programa SSN-AUKUS, liderado por el Reino Unido, para reemplazar a los SSN de clase Astute operados por la Marina Real.
Por tanto, este calendario supone ampliar la vida útil operativa de los seis submarinos actuales de la clase Collins que opera la Armada australiana.
Sin embargo, para que Estados Unidos pueda cumplir con sus compromisos con Australia y al mismo tiempo satisfacer las necesidades operativas de su propia armada, su industria naval necesitaría ser capaz de producir, en promedio, más de 2,33 SSN del tipo Virginia por año… el doble de lo que produce actualmente.
Este problema ya se destacó el año pasado… y no ha mejorado desde entonces.
Elbridge Colby, quien fue designado subsecretario de Defensa para Políticas, no ocultó durante su audiencia de confirmación el 4 de marzo que entregar los tres SSN prometidos a la Armada australiana sería muy complicado. Y esto a pesar de que Australia ha pagado 3.000 millones de dólares para apoyar la construcción naval estadounidense [un primer tramo de 500 millones de dólares se pagó en febrero].
Un informe del Servicio de Investigación del Congreso, publicado el mes pasado, sugiere que incluso si los SSN para la Armada australiana se construyeran a tiempo, Estados Unidos podría decidir no entregarlos. La solución entonces sería basarlos en Australia… pero bajo el control operativo de la Marina de Estados Unidos.
Otra nube en el horizonte para Australia: la prolongación de los submarinos Collins hasta 2040 no está garantizada debido a los problemas técnicos que atraviesan actualmente.
Por último, la construcción del SSN-AUKUS, si se confirma, corre el riesgo de sufrir retrasos y costes adicionales. Además, la industria naval británica tendrá que liderar el programa Dreadnought, que tiene como objetivo reemplazar los cuatro submarinos de misiles balísticos de propulsión nuclear [SSBN] de la Royal Navy.
“Desafortunadamente, podríamos encontrarnos sin submarinos.
Tendremos entonces que invertir en otros medios para defendernos. Pero el mensaje clave es que vamos a tener que considerar defender a Australia nosotros mismos. Éste es el verdadero problema. “No podemos dar por sentado que los estadounidenses siempre estarán allí”, concluyó Malcolm Turnbull, ex primer ministro australiano que eligió a Naval Group en 2016.
Además, algunos insisten en la necesidad de un “plan B”. Es el caso del ex almirante australiano Peter Briggs, autor de una notable columna publicada en diciembre pasado por el Australian Strategic Policy Institute [ASPI]. “Los riesgos asociados a AUKUS se están acumulando. “Australia debe prepararse para construir SSN franceses”, dijo. Y lo acaba de volver a hacer en las páginas del diario The Guardian y del sitio web especializado War on the Rocks, el martes 11 de marzo.
El almirante Briggs dijo que Australia necesita absolutamente submarinos antes de 2038, cuando el Collins ya no estará operativo. La entrega de los tres Virginias estando, a priori, comprometida, la de los cinco SSN-AUKUS es incierta.
Además, cree que estos SNA corren el riesgo de ser demasiado costosos e inadecuados para las necesidades y capacidades de la RAN porque son demasiado grandes. No es el caso del Suffren francés, más asequible y que sólo requiere una tripulación reducida de 60 marineros.
La RAN “ya está luchando para reclutar y retener personal”. “El tamaño de la tripulación del nuevo submarino debería ser, por tanto, un criterio de selección clave”, argumenta el almirante Briggs.
El SSN clase Suffren “sería significativamente más barato de construir, poseer y equipar que los submarinos Virginia o Aukus”. “El menor tamaño del Suffren y su mejor maniobrabilidad lo hacen más capaz en las aguas poco profundas y confinadas que más nos interesan en el norte de Australia”, afirma.
E insiste: «Australia podría operar 12 Suffren necesitando menos tripulantes y a un coste menor que el proyecto Aukus, que prevé ocho submarinos más grandes». El Suffren está diseñado según los estándares de la OTAN, lo que garantiza la interoperabilidad con los aliados de Estados Unidos y el Reino Unido.
La idea de abandonar la adquisición de SNA a través del pacto AUKUS también fue propuesta por… Henry Sokolski, director ejecutivo del Centro de Educación sobre Políticas de No Proliferación con sede en Estados Unidos. Pero su posición es más radical que la del almirante Briggs.
“En lugar de sacrificar gran parte de su programa de defensa para comprar submarinos nucleares, Australia debería adoptar un Plan B AUKUS que implementaría nuevas tecnologías de defensa, como sistemas no tripulados y armas hipersónicas, que fortalecerían su seguridad más rápidamente y a un coste mucho menor”, explicó. En resumen, Canberra abandonaría el primer pilar del pacto AUKUS para concentrarse mejor en el segundo…
-
Nueva Zelanda confirma la sustitución de toda la flota de helicópteros marítimos SH-2G Super Seasprite .
El programa de reemplazo, con un costo indicativo de más de 1140 millones de dólares podría incluir tanto helicópteros tripulados como sistemas aéreos no tripulados, junto con inversiones en infraestructura.La variante SH-2G(I), puesta en servicio en Nueva Zelanda entre 2014 y 2016, se adquirió tras la decisión de 2013 de adquirir diez aeronaves de Kaman Aerospace. Estos helicópteros formaban parte del programa australiano SH-2G(A), cancelado debido a sobrecostos y persistentes dificultades técnicas. Nueva Zelanda negoció un acuerdo de adquisición por 242 millones de dólares neozelandeses, que también incluyó un simulador de vuelo de movimiento completo y el suministro de misiles antibuque AGM-119 Penguin. Las ocho aeronaves que entraron en servicio reemplazaron a los modelos SH-2G(NZ) anteriores, en operación desde 2001 y vendidos a la Armada del Perú en 2014. Las dos aeronaves SH-2G(I) restantes se conservaron para repuestos.
Para 2024, se estaba considerando la retirada total de toda la flota en el contexto de las restricciones presupuestarias de defensa. El Plan de Capacidad de Defensa 2025 ha confirmado la necesidad de una nueva flota de helicópteros marítimos, lo que refuerza el requisito de la NZDF de mantener capacidades de aviación versátiles en el mar, considerando al mismo tiempo la futura integración de sistemas tripulados y no tripulados.