por BIMBO el Mar Sep 06, 2005 9:15 pm
Pues tienes toda la razón, empiezo a pensar que ubicar lo mejor de nuestra flota en rota es un grave error tactico, o por lo menos concentrarla ahi. De todas formas indagando por otros foros he encontrado esto, quizas nos situe y oriente en este debate:
Las Fuerzas Armadas de Marruecos
Javier Jordán Enamorado
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Las fuerzas armadas de Marruecos están formadas por los tres ejércitos tradicionales: Fuerzas Armadas Reales (FAR), que —aunque su nombre pueda llevar a confusión— así es como se denomina al Ejército de Tierra; Marina Real; y Fuerzas Reales Aéreas. A ellas habría que añadir las fuerzas de la Gendarmería Real y las Fuerzas Auxiliares, dependientes del Ministerio de Interior y del Ministerio de Defensa —pues sus mandos pertenecen a las FAR—, y con misiones más o menos similares a las de la Guardia Civil española.
El jefe supremo de las fuerzas armadas de Marruecos es el rey Mohamed VI, que asume también las competencias de Jefe del Estado Mayor General y de ministro de Defensa. Sin embargo, las tareas meramente administrativas de este último están a cargo de la Administración de Defensa Nacional.
Del rey dependen, directamente el Mando de la Zona Sur, los Sectores Militares territoriales y los Comandantes de la Plaza de Armas de las principales ciudades. Para ejercer el mando de las fuerzas armadas, el monarca cuenta con un Estado Mayor General. En teoría es un Estado Mayor Conjunto, pero en la práctica se trata del Estado Mayor del Ejército de Tierra, ya que tanto la Marina como las Fuerzas Aéreas tienen su propio Estado Mayor. Por otra parte, el rey dispone de los Ayudantes de Campo, cuyas funciones son meramente simbólicas y protocolarias; y de un Estado Mayor Avanzado, formado por los jefes de las 2ª y 3ª secciones —inteligencia y operaciones, respectivamente— del Estado Mayor General mas algún colaborador, y que constituye el verdadero gabinete asesor del monarca, desplazándose allí donde lo hace el rey. Los órganos superiores de la Defensa Marroquí son el Alto Comité de la Defensa y la Inspección General de las FAR. El Alto Comité está formado por los máximos jefes militares y por los ministros civiles con interés en asuntos de seguridad (Primer Ministro, ministro de Asuntos Exteriores y ministro de Interior). Su misión consiste en asesorar al rey.
El Inspector General de las FAR tiene atribuciones legales que, de ejercerlas, harían de él el jefe operativo de las fuerzas terrestres. En la práctica la función del Inspector General es meramente decorativa. La dependencia absoluta de las FAR con respecto al soberano alauí hace que las ventajas de la unidad de mando en asuntos militares sean superadas por los inconvenientes de un único centro de decisiones, absorbente y paralizador. Como ya hemos señalado, Las Fuerzas Reales Aéreas y la Marina Real cuentan con un Inspector y un Estado Mayor propios, lo que les concede cierta autonomía de gestión. En cambio, en el Ejército de Tierra cada Arma tiene su propio inspector, sin que exista en realidad un inspector del Ejército de Tierra, ya que —como acabamos de ver— el cargo de Inspector General de las FAR no tiene funciones reales en la práctica. Cada uno de esos inspectores es el que en realidad ejerce el mando sobre su respectiva Arma, y despacha los asuntos de su cargo con el Estado Mayor General y con el rey. Esto provoca una mayor rigidez en el funcionamiento del ejército, pues todo asunto, para ser resuelto, tiene que llegar hasta el rey o hasta la Administración de Defensa.
No existe un mando conjunto que coordine las actividades y operaciones de los tres ejércitos; en realidad sólo se podría hablar de uno: el mando unificado de la Zona Sur, que sí que cuenta con un Estado Mayor Conjunto con Cuartel General en Agadir. El área de actuación de este mando unificado se limita a la zona sur de Marruecos y al Sáhara Occidental; su General Jefe depende directamente del Estado Mayor General y del monarca. El resto de Marruecos está dividido territorialmente, y son los jefes de las unidades los que ejercen el mando del mismo, en dependencia directa de los inspectores del Arma o Servicio correspondiente. La figura de los Comandantes de la Plaza de Armas es meramente decorativa desde el punto de vista militar, ya que no tienen mando táctico sobre las unidades del ejército ubicadas en su provincia; su misión se reduce a tareas de policía y de seguridad interior.
Se trata por tanto de una organización muy compleja, consecuencia de las reticencias de Hassan II hacia sus fuerzas armadas tras los intentos de golpe de Estado sufridos en el pasado. La filosofía de fondo consiste en evitar que un determinado mando militar ejerza su función sobre la totalidad o la mayor parte de los efectivos. La desconfianza de Hassan II hacia sus ejércitos se manifestaba también en otras medidas como la prohibición de que los oficiales pudieran desplazarse de una ciudad a otra mientras el rey se encontraba en el extranjero; que la Gendarmería Real custodiase determinados polvorines de las FAR; o que los aviones de combate no pudieran sobrevolar las cercanías de las residencias reales. El hecho mismo de que las FAR se encuentren desplegadas en su mayor parte en el Sáhara Occidental, además de deberse al conflicto y posterior paz armada existente en la región, responde también a la voluntad regia de mantener al ejército alejado de los asuntos internos del país. Es todavía demasiado pronto para prever las transformaciones que pueda llevar a cabo Mohamed VI. No obstante, existen noticias de que se están produciendo relevos en puestos de responsabilidad de las FAR.
La política de defensa marroquí y, más en concreto, la organización, características y despliegue de sus fuerzas armadas se encuentra enormemente determinada por el contencioso del Sáhara Occidental y, en menor grado, por la vigilancia de la frontera con Argelia.
El conflicto del Sáhara ha exigido una aumento significativo del volumen humano y material de las FAR. Marruecos dispone de unas fuerzas terrestres muy superiores a lo que serían sus necesidades. En 1977 las fuerzas armadas de Marruecos estaban compuestas por unos 84.650 hombres, menos de la mitad de los que integran en estos momentos las FAR: 195.500 en total. La guerra, supuso un crecimiento vertiginoso del presupuesto de Defensa marroquí, que no ha descendido en los últimos años. En 1977 Marruecos destinaba 345 millones de dólares a gastos militares; en 1982 la cifra había aumentado a 1.238 millones; en 1990 ascendía a 1.340; en 1993 disminuyó a 1.120; pero en 1996 fue de 1.600 millones de dólares. A estas sumas, hay que añadir otras partidas no recogidas en el presupuesto de Defensa y que son asumidas por ministerios civiles. El mantenimiento del sistema de muros y el despliegue del ejército en el Sáhara obliga a continuar con un gasto militar elevado en comparación con lo que serían sus necesidades reales en tiempo de paz. Sin embargo, complica el desarrollo de nuevos programas de armamento que doten a las fuerzas armadas marroquíes de equipo más moderno, ya que aproximadamente el 60% del presupuesto se destina a la presencia militar en el Sáhara. Estas limitaciones han impedido, por ejemplo, la ejecución final de algunos contratos entre el reino alauí e industrias militares españolas. Entre ellos se encontraban la adquisición de 120 vehículos blindados BMR-600, la compra de dos nuevas corbetas clase Descubierta con las modificaciones necesarias para llevar un helicóptero, o la modernización de 244 carros M-60 A1 a la versión A3TT. Es de prever que, una vez que se logre una solución definitiva al contencioso del Sáhara, se produzca una significativa reducción del presupuesto de Defensa, que afectará sobre todo a las FAR.
El servicio militar, en principio de reemplazo, es en realidad de carácter prácticamente voluntario. El cupo de servicio militar obligatorio no ha variado desde los años ochenta y se utiliza fundamentalmente para cubrir puestos técnicos: veterinarios, ingenieros, etc. El período de servicio es de 18 meses, y los reservistas —150.000 en total— se mantienen en esa situación hasta la edad de 50 años. El carácter voluntario de los efectivos facilita que el grado de instrucción sea relativamente bueno; sin embargo, el bajo nivel cultural y la escasez de personal cualificado inciden negativamente en el mantenimiento del equipo y en el empleo del material. Al mismo tiempo, la permanencia durante muchos años del personal voluntario en las filas del Ejército está dando lugar a graves problemas, debido a la elevada edad de sus componentes, tanto en la escala de suboficiales como en la de tropa; y a que la movilidad de los destinos es muy limitada. Por otra parte, es de destacar la integración de personal femenino en las FAR (en tropa y suboficiales) que ocupan puestos de asistentes sociales, transmisiones, oficinas, etc.
LAS FUERZAS ARMADAS REALES (Ejército de Tierra)
Las FAR se organizan en un mando principal —el de la Zona Sur—, en mandos de sector y en un amplio número de unidades independientes. La organización de la fuerza es la siguiente:
- 3 Brigadas de Infantería Mecanizada
- 2 Brigadas Paracaidistas
- 1 Brigada Ligera de Seguridad
- 8 Regimientos de Infantería Mecanizada (cada uno con dos o tres batallones)
- 1 Batallón de Montaña
- 37 Batallones de Infantería de Sector
- 3 Batallones Motorizados y sobre camello
- 10 Grupos de Escuadrones Acorazados
- 2 Grupos de Escuadrones a Caballo
- 4 Unidades de Operaciones Especiales
- 2 Batallones Aerotransportados
- 12 Grupos de Artillería Autopropulsada
- 3 Grupos de Artillería Remolcada
- 1 Grupo de Defensa Antiaérea
- 1 Regimiento de Transmisiones
- 3 Regimientos de Zapadores
- 5 Grupos Logísticos
- 4 Batallones de Reparación de Material
- 3 Batallones de Municionamiento
- 3 Batallones de Transporte
Esta lista precisa algunas matizaciones. Posiblemente las unidades de operaciones especiales y los dos batallones aerotransportados sean simplemente unidades sobre el papel. Por otra parte, las Brigadas no se pueden considerar como Grandes Unidades —según la terminología militar española—, ya que no disponen de los medios necesarios para operar y combatir autónomamente, al carecer de un Estado Mayor proporcionado, y de apoyos de fuego y logísticos suficientes. En realidad, es mejor considerarlas como Agrupaciones tácticas.
El despliegue de las FAR se concentra mayoritariamente en el Sur del territorio, concretamente en los sectores del Dráa (cabecera de Gulimín), Saguia-al-Hamra (El Aaiún), Uad-ad-Dahba (Dajla) y en el Cuartel General de la Zona Sur (Agadir). En esta región se encuentran destacados 3 Brigadas de Infantería Mecanizada, 9 Regimientos de Infantería Mecanizada, 25 Batallones de Infantería de sector (distribuidos en las guarniciones que custodian los muros), 3 Batallones paracaidistas, 2 Batallones del Cuerpo sobre camellos, 4 Escuadrones Acorazados, 5 Escuadrones Mecanizados reforzados y 7 Agrupaciones de Artillería de Campaña. ). Estas unidades se encuentran protegidas por seis tramos de muro que recorren una distancia de aproximadamente 1.200 km. Los muros consisten en una protección de piedra y arena de 3 a 5 metros de altura, por 4 a 6 metros de ancho en su base. Estan protegidos por un foso y delante de ellos se encuentra un obstáculo de alambradas y minas. Según los tramos, cada 5 kilómetros hay un destacamento tipo compañía y cada 15 un radar que suministra datos de tiro a una batería de artillería de campaña. Cada 45-60 km hay un radar de largo alcance.
Por otra parte, existen fuerzas relativamente importantes en los sectores fronterizos con Argelia de Uarzazat (1 Regimiento de Infantería Mecanizada y 1 Grupo de Escuadrones de Caballería), Errachida (1 Regimiento de Infantería Mecanizada, y 1 Grupo de Escuadrones de Caballería), y Uxda (2 Grupos de Escuadrones de AMX-10, 1 Grupo de Artillería y 3 Batallones de Infantería). Tal concentración de unidades demuestra que la principal amenaza que percibe Marruecos, después del Frente Polisario, proviene de su vecino del Este.
En el resto del territorio marroquí casi no hay unidades operativas: 1 Batallón de Montaña (no operativo), 3 escuadrones (uno acorazado, otro mecanizado y un tercero de Caballería) y 1 Agrupación de Artillería de Campaña. Lo demás son órganos logísticos, burocráticos, de instrucción, de representación (Guardia Real), o Planas Mayores de unidades destacadas en el Sáhara.
El hecho de que no se encuentre prácticamente ninguna unidad de las FAR al Norte de la línea Rabat-Meknés-Fez-Oujda, permite pensar que no entra en los planes de Marruecos un ataque en fuerza sobre las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. La presencia de un núcleo importante de unidades en Oujda se debe a la proximidad de la frontera con Argelia.
En general, el ejército marroquí está dotado de un material anticuado y sometido a un desgaste notable como consecuencia de las inclemencias del desierto del Sáhara; sin embargo, es en gran medida operativo, constituye una fuerza ofensiva considerable, y se le puede reconocer un carácter defensivo importante. El hermetismo informativo que rodea a este tema dificulta conocer con exactitud el material de que disponen las FAR. Las tablas que adjuntamos son aproximadas, ya que en algunos casos se trata de equipos inútiles que no han sido dados de baja —caso de algunos carros de combate ligeros y de vehículos de combate de infantería— o se trata de peticiones iniciales que no han llegado a concretarse —posiblemente el caso de algunos puestos de tiro de misiles anticarro—. En opinión de algunos autores (Faria, 1994), las FAR serían el mejor ejército del Magreb; no tanto por su material, menor en número que el argelino y el libio, sino por su operatividad e instrucción.
La precariedad de la equipación militar marroquí quedó en evidencia con motivo de la participación de un batallón de las FAR en la IFOR. En un principio, esa unidad iba a formar parte de la Brigada española. Sin embargo, nuestro país rehusó finalmente a integrarla, ya que ello habría supuesto proporcionar a los marroquíes el equipo militar del que carecían. Por esta razón, la unidad de las FAR pasó a depender de las fuerzas francesas, que sí se hicieron cargo de dicho suministro. Posteriormente, Marruecos ha creado una fuerza tamaño Brigada, especializada en misiones de mantenimiento de paz y ayuda humanitaria, y que podría participar en este tipo de operaciones bajo los auspicios de la ONU.
La instrucción de la tropa y de los cuadros de mando se lleva a cabo a través del sistema nacional de formación militar y de la participación de personal marroquí en cursos impartidos en Francia, España y Estados Unidos, que incluyen tanto la etapa de academia, como cursos especializados o estudios de Estado Mayor. La doctrina táctica es en su mayor parte de origen francés, aunque también contiene elementos propios, resultado de las experiencias de la campaña militar del Sáhara. A pesar de todo esto, el grado de adiestramiento de los recursos humanos es bajo si se compara con el de los cuadros de mando y tropa de los ejércitos de la Alianza Atlántica.
La logística se basa en 5 Grupos Logísticos, 4 Batallones de Reparación de Material, 3 Batallones de Municionamiento y 3 de Transporte. Una organización que puede parecer pobre y defectuosa, si se compara con la de los ejércitos europeos, pero que ha permitido durante años vivir y combatir a más de 100.000 hombres desplegados a mil kilómetros de Rabat.
LA MARINA REAL (MR)
La Marina Real es el brazo de las fuerzas armadas que menos atención ha recibido en el esfuerzo militar realizado por Marruecos. La explicación de que un país bordeado por miles de kilómetros de costa posea una fuerza naval tan reducida se encuentra en el modesto papel que la Marina ha desempeñado en el conflicto del Sáhara, y también en el hecho de que Marruecos haya vivido tradicionalmente de espaldas al mar. No es una nación con vocación marinera, como lo prueba el hecho de que durante décadas no hayan sido capaces de explotar con sus propios medios la enorme riqueza pesquera de sus aguas.
La Marina Real está compuesta por un total de 7.000 hombres —todos voluntarios—, y sus principales bases se encuentran en Casablanca, Agadir, Al Hoceima y Dajla. Puede realizar acciones contra buques que naveguen cerca de sus costas mediante el empleo de su corbeta Teniente Coronel Errhamani y las cuatro patrulleras clase Comandante El Khattabi, todas ellas de fabricación española (clase Descubierta y Lazaga respectivamente) y con capacidad de ser armadas con misiles antibuque MM-38 Exocet. Sin embargo, la operatividad de estas unidades sufriría importantes limitaciones en un conflicto convencional, ya que carecen de una adecuada protección contra amenazas aéreas (al no poseer un grupo de combate aeronaval y disponer de defensas antiaéreas propias limitadas) y submarinas (sólo la corbeta está provista de armas antisubmarinas y la marina carece de helicópteros). Otra importante limitación de la MR consiste en no contar con buques de lucha contra minas. Las entradas de sus puertos podrían ser minados desde submarinos y los barcos que se encontrasen dentro de ellos quedarían encerrados.
La marina marroquí aplica la doctrina operacional española, pero el nivel de adiestramiento de su personal es bajo. Los barcos pasan poco tiempo en el mar y la participación de sus unidades en ejercicios multinacionales es poco frecuente.
La capacidad anfibia se ha visto incrementada por la adquisición de un buque LST, clase Newport, con capacidad para 400 infantes; similar a los españoles Pizarro y Hernán Cortés. La Infantería de Marina marroquí está compuesta por 1.500 hombres organizados en dos batallones. La base principal se encuentra en Al Hoceima, y también existen fuerzas acuarteladas en Casa y en El Aaiun.
La MR está orientada principalmente hacia la fachada atlántica del país, aunque también opera y realiza ejercicios en el Mediterráneo. Las bases navales se encuentran en Agadir, Casablanca, Dajla, Al Hoceima, Kenitra, Safi y Tanger.
LAS FUERZAS REALES AEREAS (FRA)
La fuerza aérea se ha visto potenciada durante el conflicto del Sáhara Occidental. En la actualidad cuenta con 13.500 hombres, de los cuales 300 son pilotos. El numero de aviones de combate se adecua a las necesidades defensivas del país; aunque, de no producirse en los próximos años una renovación y adquisición de aviones más modernos, las FRA corren el riesgo de quedarse anticuadas y perder gran parte de su operatividad. Según algunos informes (Jane´s 1999), Marruecos debería sustituir los interceptores Mirage F-1 antes de que finalice la década de los noventa, algo que no ha sucedido; ya que desde hace años se ha intentado renovar el material sin conseguirlo.
Para sustituir a los F-5 y F-1 se han estudiado cuatro modelos de aviones: el F-20 Tigershark, el Mirage 2000, el F-16 y el Tornado. El F-20 no ha llegado a construirse, y las limitaciones económicas han impedido que Marruecos adquiera las otras opciones. En diciembre de 1994 las FRA estuvieron a punto de obtener seis Mirage-2000, pero finalmente se canceló la compra por dificultades presupuestarias. Algo similar pasó poco después con seis F-16A pertenecientes a la USAF. También es necesaria una renovación de los actuales misiles aire-aire AIM-9J Sidewinder y MATRA R.550 Magic 1 por versiones más modernas de esas armas.
Las FRA se encuentras preparadas para cumplir misiones de apoyo táctico y de transporte y, secundariamente, de defensa aérea. Al parecer, han alcanzado un nivel aceptable en acciones de ataque al suelo y apoyo a las unidades de tierra, aunque en más de una ocasión se han atacado unidades propias en combates en el Sáhara, y otras veces ha faltado coordinación, o simplemente ausencia de apoyo para evitar perder aparatos en acciones tácticas. Durante los primeros años de la guerra, los saharauis derribaron varios aviones marroquíes con misiles de guía infrarroja SA-7 e incluso con fuego concentrado de fusiles.
La doctrina operacional tiene elementos franceses y norteamericanos. Sin embargo, la instrucción de los pilotos sufre algunas deficiencias. El número de horas de vuelo anuales es bajo, alrededor de las 100 para los pilotos de los F-5 y de los Mirage F-1; y muchos de ellos no tienen capacidad de vuelo y combate nocturno.
Para su defensa aérea, Marruecos cuenta con un sistema de Alerta y Control en funcionamiento desde 1977. La red de estaciones de radar tiene su Centro de Operaciones y Combate (COC) en Salé, y está compuesta por los radares unidos con el COC y entre sí por un sistema de transmisiones por microondas diseñado por anillos con tramos comunes, más una derivación hacia el Sáhara. Los tramos comunes permiten rutas alternativas en caso de avería o destrucción de algún elemento del sistema. Los 15 radares que integran el sistema son tácticos (modelos AN/TPS 43 y AN/TPS 63), tanto móviles como fijos. Su alcance es de unos 150 km en el caso de los primeros y de unos 220 km en el de los segundos.
La fuerza de interceptación está compuesta por los Mirage F-1CH. Las defensas antiaéreas marroquíes son precarias e insuficientes. La artillería antiaérea está equipada con cañones de pequeño calibre, la mayoría remolcados, salvo 60 M-163 Vulcan autopropulsados. A esto se añaden 37 lanzadores de misiles antiaéreos Chaparral autopropulsados y 70 SA-7 soviéticos portátiles; en ambos casos, misiles de guía infrarroja. En general estas armas son efectivas contra aviones que vuelan a muy baja altura y, por tanto, resultan adecuadas para la protección de unidades operativas. Marruecos carece de misiles guiados por radar de cota media y alta; y, de este modo, la defensa de puntos sensibles (centros de mando o de comunicaciones, radares o depósitos de combustibles y armas, etc), que pueden ser atacados desde gran altura, no se encuentra garantizada. Este hecho se agrava si consideramos que parte de la aviación marroquí no tiene capacidad de combate nocturno, y que la defensa aérea por las noches dependería de una artillería antiaérea insuficiente.
Otro problema de las FRA se encuentra en la escasez de personal especialista, lo que, unido a la dependencia del extranjero para piezas de repuesto, y a los problemas financieros marroquíes para adquirirlas, reduce la operatividad de los medios aéreos a aproximadamente un 50%. Desde 1991, Marruecos tiene capacidad propia de efectuar la gran revisión —IRAN— de sus Mirage F-1, concretamente en la base de Sidi Slimane.
El despliegue permanente de la fuerza aérea marroquí se concentra en el Noroeste del país, orientado a la interceptación de aviones provenientes del Norte y Noreste. Sin embargo, la red de aeródromos secundarios le permite llevar a cabo un despliegue alternativo frente a amenazas que surjan de otras direcciones.
Además de las que aparecen en el cuadro IV, existen una docena de bases auxiliares. En algunos de los aeródromos, en particular en los del Sáhara, los aviones se encuentran protegidos en refugios.
CONCLUSION
La conclusión a la que se puede llegar, tras el estudio de las fuerzas armadas de Marruecos, es que se trata de unos ejércitos de relativa entidad en comparación con los de sus vecinos magrebíes, pero fuertemente limitados por las restricciones presupuestarias. Algo que a medio y largo plazo puede traducirse en una sensible pérdida de operatividad. El conflicto del Sáhara exigió el fortalecimiento de las FAR, y el alto el fuego —que dura ya casi una década— conlleva el mantenimiento de una fuerza militar considerable con fines disuasorios y defensivos, pero a unos niveles mínimos de modernización. Lógicos, por otra parte, en un país en el que los graves problemas económicos y sociales constituyen un importante desafío para la estabilidad interna.
Al mismo tiempo, las fuerzas armadas de Marruecos mantienen la organización propia de los ejércitos tradicionales, sin haber experimentado un proceso de reestructuración similar al que ha afectado a las fuerzas armadas occidentales con el fin de lograr unos ejércitos más reducidos, flexibles, mejor equipados, y con mayor capacidad de proyección, orientados fundamentalmente a misiones de seguridad colectiva y de gestión de crisis. La concepción estratégica marroquí presta todavía gran atención a problemas y rivalidades regionales —Sáhara Occidental y Argelia—, lo que explica que sus fuerzas armadas mantengan como principal y casi exclusiva tarea la defensa territorial, y que su estructura responda a ese cometido. No es de esperar que se produzcan cambios en esta orientación durante los próximos años.
TABLA I
FUERZAS ARMADAS REALES
Personal
175.000
Carros de combate
554
224 M-48A5
60 M-60A1
240 M-60A3
Carros de combate ligeros
100
100 SK-105 Kuerassier (Posiblemente no operativos)
Vehículos de exploración
344
16 EBR-75
80 AMX-10RC
190 AML-90
38 AML-60-7
20 M-113
Vehículos de combate de infantería
900
30 Ratel-20
30 Ratel-90
45 VAB-VCI
10 AMX-10P
420 M-113
320 VAB-VTT
45 OT-62/64 (Posiblemente no operativos)
Artillería de campaña
190 Piezas remolcadas:
35 L-118 (105mm)
20 M-101 (105mm)
36 M-1950 (105mm)
18 M-46 (130mm)
20 M-114 (155mm)
35 FH-70 (155mm)
26 M-198 (155mm)
167 Piezas autopropulsadas:
5 Mk 61 (105mm)
98 F-3 (155mm)
44 M-109 (155mm)
20 M-44 (155mm)
39 Lanzadores de cohetes:
39 BM-21
Puestos de tiro de misiles contracarro
720
440 Dragon
80 Milan
150 TOW
50 AT-Sagger
Cañones antiaéreos
425
200 ZPU-2 (14.5mm)
20 ZPU-4 (14.5mm)
40 M-167 (20mm)
60 M-163 Vulcan (20mm)
90 ZU-23-2 (23mm)
15 KS-19 (100mm)
Lanzadores de misiles antiaéreos
107
37 M-54 Chaparral
70 SA-7
Fuente: IISS, 1998/ Jane's, 1999
TABLA II
MARINA REAL
Personal
7.800
Incluidos 1.500 infantes de marina
Corbetas
1
1 Clase Teniente Coronel Errhamani, con cañón de 76mm, 1*2 lanzadores de cohetes antisubmarinos, 2*3 lanzadores de torpedos antisubmarinos, y con capacidad para 4 lanzadores de misiles antibuque MM-38 Exocet
Lanchas lanzamisiles
4
4 Clase Comandante El Khattabi, con capacidad para 4 lanzadores de misiles antibuque MM-38 Exocet
Patrulleras
23
17 Costeras
6 de bajura
Buques anfibios
4
3 Clase Ben Aicha. Con capacidad para 140 infantes y 7 carros de combate
1 Clase Sidi Mohammed Ben Abdallah. Con capacidad para 400 infantes
Fuente: IISS, 1998/ Jane's, 1999
TABLA III
FUERZA REAL AEREA
Personal
13.500
Aviones de combate
62
10 F-5A
3 F-5B
16 F-5E
4 F-5F
14 Mirage F-1EH
15 Mirage F-1CH
Aviones de reconocimiento
6
2 C-130 con radar de exploración lateral
4 OV-10 Bronco (posiblemente no operativos)
Aviones de guerra electrónica
3
2 C-130
1 Falcon 20
Aviones cisterna
3
1 Boeign 707
2 KC-130H
Aviones de transporte
29
11 C-130H
7 CN-235
3 Do-28
5 King Air 100
3 King Air 200
Helicópteros
112
Ataque: 24
24 SA-342
Transporte: 88
7 CH-47
27 SA-330
27 AB-205A
20 AB-206
3 AB-212
4 SA-319
Fuente: IISS, 1998/ Jane's, 1999
TABLA IV
DESPLIEGUE DE LA FUERZA REAL AEREA
Base aérea
Unidades
Tipos de aviones
Meknes -Mezergues
1 escuadrilla de combate
1 escuadrilla de reconocimiento/combate
Escuela de entrenamiento avanzado
F-5E/F
RF-5A
F-5B
Alpha Jet H
Kenitra
1 escuadrilla de transporte
1 escuadrilla de guerra electrónica
C-130H
KC-130H
CN-235M
Falcon 20
Rabat-Sale
1 escuadrilla de patrulla marítima
1 escuadrilla de helicópteros de combate
6 escuadrillas de helicópteros de transporte
1 escuadrilla de transporte VIP
Sidi Slimane
2 escuadrillas de interceptores
1 escuadrilla de ataque al suelo
Mirage F-1CH
Mirage F-1EH
Marrakech-Menara
Academia militar del Aire
Distintos modelos de aviones de entrenamiento
Fuente: Jane's, 1999