https://www.congreso.es/publicaciones-o ... 82.CODI.#1Comisión de defensa en el Congreso, sesión de septiembre
Sólo voy a destacar esto
- RELATIVA A LA MODIFICACIÓN DEL ARTÍCULO 6 DEL TRATADO DEL ATLÁNTICO NORTE, DE 4 DE ABRIL DE 1949, AL OBJETO DE QUE ESTE RECOJA E INCLUYA, DE FORMA EXPLÍCITA, A LAS CIUDADES ESPAÑOLAS DE CEUTA Y MELILLA BAJO LA PROTECCIÓN DE LA OTAN.
PRESENTADA POR EL GRUPO PARLAMENTARIO VOX. (Número de expediente 161/002824).
El señor PRESIDENTE: Pasamos a debatir la proposición no de ley relativa a la modificación del artículo 6 del Tratado del Atlántico Norte...
Página 18
El señor GUTIÉRREZ DÍAZ DE OTAZU: Presidente, se ha cambiado...
El señor PRESIDENTE: No. La ponente del Grupo Socialista tampoco podría en este momento, por lo que ha desistido de su petición.
Pasamos a la proposición no de ley relativa a la modificación del artículo 6 del Tratado del Atlántico Norte, de 4 de abril de 1949, al objeto de que este recoja e incluya de forma explícita a las ciudades españolas de Ceuta y Melilla bajo
la protección de la OTAN. Esta proposición no de ley es del Grupo Parlamentario VOX y para su defensa, por tiempo de cinco minutos, tiene la palabra el señor Rosety.
El señor ROSETY FERNÁNDEZ DE CASTRO: Gracias, señor presidente.
Señorías, la proposición no de ley que el Grupo Parlamentario VOX presenta hoy a la Comisión de Defensa tiene por objeto instar al Gobierno a promover en el seno de la alianza la modificación del artículo 6 del Tratado del Atlántico Norte,
de 4 de abril de 1949, al objeto de que su enunciado acoja de forma explícita bajo la protección de la OTAN a las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. La invasión migratoria recientemente sufrida en Ceuta, unida al evidente rearme marroquí, al
dinamismo que viene experimentando la acción exterior alauita y al hecho de que las relaciones entre España y Estados Unidos no atraviesan su mejor momento, ha hecho que se suscite este añejo tema estratégico, clave para la defensa de los intereses
nacionales, de los intereses vitales de España. Aun siendo cuestión muy conocida, recordemos que el área OTAN, en la que se aplicaría la obligación de defensa mutua que estipula el artículo 5 del pacto Atlántico, no incluye las plazas de soberanía
española en el norte de África. Es cierto también, en todo caso, que apenas puede concebirse un eventual ataque a estas partes del territorio nacional y que no afecte a las fuerzas españolas desplegadas en el Mediterráneo y en el Atlántico,
supuesto este que sí está explícitamente recogido en la estipulación de mutua defensa del tratado.
Históricamente, es comprensible que, en un momento en el que nuestro país aspiraba a una pronta incorporación a las instituciones europeas y occidentales, el Gobierno de UCD se adhiriese a esta apreciación y no mostrase por ello mayor
asertividad en la negociación, confiando en que la superioridad militar de España en la región y su vínculo de mutua defensa con Estados Unidos disuadirían cualquier agresión. Comprensible, señorías, pero no excusable. Ceuta y Melilla no son
dependencias, sino parte constitutiva del territorio nacional y el hogar de muchos miles de españoles, ni más ni menos que Cádiz, Barcelona o Bilbao. No es ningún secreto que el Reino de Marruecos reivindica sin fundamento alguno nuestros enclaves
en la costa africana. Consciente de su inferioridad diplomática y militar, el Majzén se ha venido contentando con proferir bravatas y presionar con la inmigración ilegal a través de su territorio y fronteras para erosionar la posición española y
facilitar la consecución de sus intereses, una amenaza latente, como ha sido calificada por el CNI, basándose en la simetría de las posiciones y valores entre ambos países.
A diferencia de España, Marruecos es una democracia semántica y al Gobierno alauita no parece importarle demasiado la vida de sus ciudadanos a la hora de alcanzar sus fines. Hasta el momento las ansias de nuestro vecino del sur pudieron ser
contenidas porque el balance diplomático y militar ha sido favorable a España, socio de la Unión Europea, con sólidos lazos de alianza en la OTAN y bilaterales con Estados Unidos, pero hoy las erráticas políticas de exterior y de defensa del
Gobierno sociocomunista de España, no fundamentadas en estrategia nacional alguna, están facilitando a nuestro voraz vecino del sur llevar el agua a su molino. En un mundo muy competitivo, como el que ya vislumbramos, no pueden descartarse ataques
insidiosos en lo que se viene llamando la zona gris, ataques orquestados por Marruecos, como el padecido por la población de Ceuta en abril pasado, cuando diez mil personas violaron nuestras fronteras e invadieron la ciudad. ¿Cómo puede ser el
próximo y cuáles sus consecuencias si la posición de España en la frontera sur se sigue socavando?
No tenemos tiempo para tratar de ello siquiera someramente, pero no tienen más que considerar que el esfuerzo de defensa marroquí triplica holgadamente el ridículo 0,91 o 1 % español. Marruecos es, según el prestigioso Instituto de
Investigación para la Paz de Estocolmo, el país norteafricano que más armamento importa, solo por detrás de Argelia. Carros de combate Abrams M1A1, helicópteros Apache AH-64 Eco, fragatas Fremm y cazabombarderos F-16 Block 70, dotados de misiles
Harpoon, forman hoy parte del arsenal alauita, afectando severamente al balance militar en el Estrecho. A diferencia del menguante poder armado español, las capacidades marroquíes avalan su posición internacional en la región y no pueden dejar de
ser tomadas en consideración por quienes son nuestros aliados. Marruecos ha concertado un muy favorable tratado comercial con el Reino Unido, con especial mención a Gibraltar,
Página 19
por cierto, y ha tendido lazos con Israel bajo los auspicios de Estados Unidos, que se ha mostrado proclive a las tesis marroquíes en el Sáhara occidental.
Ante esta situación, España tiene que invertir en defensa y hacer valer sus vínculos como potencia aliada de referencia en la región. Es cierto que la OTAN ha evolucionado más allá de los límites establecidos por su tratado fundacional.
Muestra de ello es que el concepto estratégico 2010 vigente afirma que la OTAN disuadirá y se defenderá contra cualquier amenaza de agresión y contra los desafíos emergentes de seguridad allí donde amenacen la seguridad fundamental de un aliado o de
la alianza como un todo. Sin embargo, esta visión se sustenta en la voluntad política manifestada por los aliados, no en una obligación jurídica, en una obligación que debe ser formalmente expresada y asumida, toda vez que Ceuta y Melilla son parte
constitutiva e inseparable del territorio nacional.
Termino ya, presidente. Es este, señorías, lo que se llama un interés vital, es decir, un valor o principio que exige un irrenunciable esfuerzo de defensa y un explícito posicionamiento nacional. El Grupo Parlamentario VOX apela a la
conciencia estratégica de sus señorías como miembros de esta Comisión de Estado y, por qué no decirlo, a su patriotismo, solidaridad y compromiso con nuestros compatriotas, vecinos de las queridas ciudades de Ceuta y Melilla, para que casi en
vísperas de la ya anunciada cumbre de Madrid voten a favor de esta proposición.
Muchas gracias, presidente. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Rosety.
A esta iniciativa no se han presentado enmiendas, por lo que pasamos al turno de fijación de posiciones. ¿Grupos que quieren intervenir? (Pausa). En nombre del Grupo Parlamentario Confederal de Unidas Podemos-En Comú Podem-Galicia en
Común tiene la palabra la señora Maestro.
La señora MAESTRO MOLINER: Muchas gracias, presidente.
Me gusta celebrar, en cierto modo, el hecho de que se reconozca que Ceuta y Melilla no se encuentran bajo este paraguas de la OTAN, porque no es ningún secreto que el grupo en el que estoy, y muy concretamente la organización a la que
pertenezco, Izquierda Unida, está en contra de las bases de la OTAN y de la OTAN en general. Ahora bien, teniendo en cuenta que es una realidad impuesta en la que vivimos, me gustaría comentar algunas cuestiones.
Se ha comentado -y, efectivamente, se reconoce- que Ceuta y Melilla no se encuentran en este paraguas. Habría que plantearse también cuál fue el motivo que llevó a ello, ya que, por el contrario, se especifica el hecho de que las islas
Canarias, por ejemplo, puedan estar incluidas en el mismo. Debemos negar la mayor de que, en caso de que fuera necesario, no intervendría la OTAN, porque también se recoge en el articulado que en este tipo de supuestos sí se podría dar algún tipo
de respuesta.
Hay algunas cuestiones que me parecen dignas de mención. Recientemente, se ha renovado al menos una parte del convenio unilateral de las bases de EEUU en España y se ha hecho sin ningún tipo de debate parlamentario, prácticamente a
escondidas, no quisiera decirlo. Nuestro grupo, desde luego, como ya he comentado, siempre va a tener mucho que decir al respecto. Además, en una situación en la que nos hemos visto afectados en muchas instancias. No hace falta siquiera recordar
cómo el papel de nuestra pertenencia a la OTAN, o incluso en general este tipo de ligazón con países como Estados Unidos, puede llevarnos a problemas realmente complejos y con una afectación directa en el Estado español. Hemos tenido el caso de
Afganistán, así que nadie diga que no repercute, porque semejante tragedia nos repercute a todas, y más cuando estamos hablando de una ciudadanía que está horrorizada huyendo de esa situación, no lo neguemos, como ha ocurrido en Libia y en Siria, a
los que quisiéramos también dar una respuesta de refugiados absoluta. Sí que es cierto que ha habido otras situaciones, como por ejemplo la de Ceuta, en las que amparar, dentro de esta situación del paraguas de la OTAN, podría suponer -esperemos
que no- que se denegara la entrada de buques rusos, como ya ha ocurrido dentro de un aprovisionamiento logístico normal precisamente por esa voluntad de presión por parte de la OTAN, como ya fueron promovidas en alguna ocasión anterior, y además
sabiendo todo lo que esto supone para nuestra economía, y muy concretamente -por qué no decirlo- para la economía ceutí.
Así que, por nuestra parte, no podemos apoyar esta propuesta, porque no apoyaremos nada que suponga una ampliación de la OTAN, dado nuestro posicionamiento en contra. Es más, insistimos en que cualquier cuestión queremos debatirla. Tenemos
un posicionamiento muy claro al respecto.
Sin más, muchas gracias.
Página 20
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señora Maestro.
En nombre del Grupo Parlamentario Popular, tiene la palabra el señor Gutiérrez Díaz de Otazu, también por un tiempo de tres minutos.
El señor GUTIÉRREZ DÍAZ DE OTAZU: Muchas gracias, señor presidente.
El Grupo Parlamentario Popular no comparte la perspectiva apocalíptica presentada por el grupo proponente sobre la amenaza militar que pudiera cernirse sobre las ciudades españolas de Ceuta y Melilla. Por otra parte, se considera que los
datos sobre inversión militar se presentan algo sesgados, estableciendo una comparativa entre el 3 % del PIB, en el caso de Marruecos, frente al 1 % de España, y se cifra el presupuesto de Marruecos en unos 3000 millones de dólares, sin mencionar
que al propio tiempo el de España se mueve en el entorno de los 10 500 millones de euros, es decir, un 300 % superior en términos absolutos, sin hacer referencia a la distribución de esa inversión entre gastos de personal y de equipamiento favorable
para los esfuerzos españoles. La soberanía de España sobre las ciudades de Ceuta y Melilla no se encuentra cuestionada por actor internacional alguno, a excepción de Marruecos, que mantiene una postura reivindicativa sobre dicha soberanía a la que
por todas las vías posibles los sucesivos Gobiernos españoles deben plantear sus objeciones. El problema más acuciante al que se enfrentan ambas ciudades es el de su situación económica, social y política, que también se ve perjudicada por
actuaciones unilaterales del Reino de Marruecos. Es a estos problemas y no al de una eventual amenaza militar a los que se debe conceder importancia prioritaria y a los que debieran concurrir todos los esfuerzos de las diversas formaciones
políticas españolas. Un aspecto relevante igualmente en lo tocante a las dificultades económicas, sociales y políticas por las que atraviesan ambas ciudades es el de la interculturalidad y la convivencia entre diferentes perspectivas culturales y
religiosas de su ciudadanía históricamente modélicas e incluso ofrecidas como ejemplo para otras zonas del mundo en las que la convivencia entre las mismas comunidades es menos propicia. Cualquier intento de alterar esta convivencia intercultural e
interreligiosa debería ser considerada como contraria a los intereses nacionales por parte de todas las formaciones políticas y concitar el acuerdo entre las mismas.
Como quiera que el artículo 6 del Tratado fundacional de la OTAN no contempla específicamente las ciudades de Ceuta y Melilla, aunque menciona las islas de cualquiera de las partes al norte del trópico de Cáncer y las fuerzas de dichas
partes que se encuentren en el mar Mediterráneo o en la región del Atlántico norte, al norte del trópico de Cáncer, lo que evidentemente incluye a las fuerzas españolas desplegadas en Ceuta y Melilla, este grupo parlamentario no tiene inconveniente
en que por parte de España se interese la clarificación explícita de este extremo, por lo que votará favorablemente la propuesta.
Muchas gracias, señor presidente. (Aplausos).
El señor PRESIDENTE: Muchas gracias, señor Gutiérrez Díaz de Otazu.
Finalmente, por el Grupo Parlamentario Socialista, tiene la palabra la señora Cantera.
La señora CANTERA DE CASTRO: Muchas gracias, señor presidente.
Vaya por delante que estas palabras que voy a leer son de mi compañera Ana Botella que, como he dicho anteriormente, no ha podido comparecer por su coincidencia como presidenta de la Comisión de Interior: Esta proposición no de ley que nos
presentan no engaña a nadie, es imprudente y lo que propone es sembrar dudas y desconfianza; siembran dudas de nuestras propias capacidades militares, siembran dudas sobre nuestras Fuerzas Armadas, y las siembran frente a nuestros aliados de la
OTAN y frente a nuestro país vecino, el Reino de Marruecos, con el que estamos construyendo y construimos diariamente una relación de cooperación y amistad. ¿Por qué dudar ahora de la redacción del Tratado de Washington, que asumimos hace casi
cuarenta años y que no ha dado ningún problema? ¿Por qué significar ahora Ceuta y Melilla? ¿No comparten ustedes que Ceuta y Melilla son tan españolas como cualquier otra de nuestras ciudades? ¿Por qué hay que singularizarlas, cuando España ya
está incluida como parte protegida de la OTAN? ¿Acaso no sería eso precisamente lo que generaría recelo? También dudan sobre las capacidades de nuestras Fuerzas Armadas. Parece mentira que algunos de ustedes hayan sido militares y de Estado
Mayor. ¿Acaso algunas de las crisis que se han abierto en los últimos años y recientemente se han quedado sin cubrir por la OTAN o por nuestros aliados? (El señor Rosety Férnandez de Castro pide la palabra). ¿Dudan que nuestros aliados y amigos
encuentren la forma de ayudarnos, de cumplir con el Tratado de Washington, existiendo, como existen, múltiples posibilidades de hacerlo? ¿Se lo tengo que explicar yo a diputados que, además, proceden de la carrera militar?