por Derfel_64 el Mié Nov 16, 2005 3:37 pm
Aunque el cañón fue hasta los 50/60 el principal armamento aire-aire de los cazas, perdió protagonismo por la aparición y constante mejora de los misiles. Desde entonces, los misiles no han dejado de mejorarse, haciéndose dispara y olvida, con capacidad de atacar partes concretas del avión, con alcances cada vez mayores, y unas prestaciones de maniobrabilidad, furtividad y velocidad que han acabado superando de lejos a los aviones y haciéndolos presas fáciles a menos que se detecte a mucha distancia el misil. El contraste con el cañón es difícil de soportar, estando éste casi estancado y sin perspectivas de que mejore(a no ser un cambio radical, tipo cañones láser, que aún no son más que humo).
Veamos, un cañón actual tiene un alcance de unos 3 km(ridículo, y eso para los 30 mm...). La única situación en la que se podría llegar a un combate así es entre cazas que logren evadirse de sus mutuos misilazos, en cualquier otro escenario el piloto no se va arriesgar. Los cañones tienen +-200 proyectiles, el Vulcan americano debido a su mayor cadencia tiene 500...lo que da para unos 6 segundos de fuego. ¡6 segundos!A esto le unimos el hecho de que son cañones, no pueden variar la trayectoria de sus proyectiles y entre blancos tan dinámicos como dos aviones las probabilidades de acertar deben de ser bajísimas.
Sin entrar a lo que algunos defienden, que el BVR será todo el combate aéreo del futuro, en el combate cercano tampoco pinta mucho. Los misiles actuales ya pueden apuntarse y dispararse en ángulos impensables antes gracias a los cascos, el data-link(no hace falta llevar radar trasero), etc. En la Guerra del Golfo el 17% de los combates fueron a corta distancia, sin embargo el cañón no se usó nunca.
Queda la excusa de siempre, que hay que llevarlo por si acaso, que es barato y no ocupa mucho y tal...bueno, pesa 200 kg, pero da igual lo fácil que sea tenerlo ahí, si es algo que no hace falta se retira y punto, es lo que opino.
In most trades and professions it’s morally wrong, and usually illegal, to undertake a task you don’t know how to do, to make it up as you go along. Apparently, a lower standard applies to presidents who invade countries in order to establish democracy.