Tercio norte escribió:Airbus no es el máximo responsable de la chapuza de programa que salió y en gran medida tampoco del sobre coste del proyecto y menos aun de los retrasos.
No estoy totalmente de acuerdo.
En primer lugar, el A400M todavía no cumple algunas especificaciones, pero en otras ha sido un salto de gigante respecto al Hércules, por lo que no lo calificaría globalmente como chapuza.
En cuanto al sobre coste y los plazos, en el momento en que ellos firman un contrato con los mismos cerrados y se comprometen a cumplirlos, la responsabilidad es suya. De hecho, aquí los países socios echamos una mano en 2011 renegociando las entregas y ayudando económicamente a Airbus, en un momento en el que ellos estaban dispuestos a cancelar el programa. Y en la última renegociación hemos vuelto a ampliar los plazos y a renunciar a las indemnizaciones. Se ha mareado la perdiz infinitamente antes del contrato, pero después, aunque tímidamente, se ha arrimado el hombro.
Las causas de los retrasos son varias, pero la mayoría apuntan al gigante europeo. Por un lado, se menospreció la complejidad de desarrollar un avión nuevo, aunque fuese un diseño conservador. Coincidió además con los problemas del A380, que absorvió mucha ingeniería, y que a pesar de que ciertas cosas se aprovechasen para el A400M (como por ejemplo el diseño de cabina o el FCS), hizo que gran parte de los recursos se derivasen al avión civil. Por otra parte, tampoco fueron capaces de gestionar eficazmente la contabilidad de contratos y subcontratos. Se puede atribuir a la política que los primeros se tuvieron que adjudicar por cupo (participación industrial) y no por concurso (mejor relación calidad-precio), lo cual bajó la competencia y encareció el producto. Sin embargo, estas empresas subcontrataban con más libertad, y por ejemplo nosotros llegamos a fabricar componentes del ala que en teoría le tocaban a otros países.
El caso más claro atribuíble a la política, como también cita Tercio norte, es el del motor, que quizás sea el más polémico de todos. Para no tocar el reparto industrial se presionó a Airbus para que promoviese y escogiera después una opción de colaboración europea, aunque la oferta de Pratt&Whitney Canada era más potente (16.000shp) y un 20% más barata, siendo la preferida de Airbus.
Además de los motores y el análisis erróneo en el túnel de viento que ha citado Roberto Montesa, hay otros fallos que son solo atribuibles a Airbus. Por ejemplo, el fallo estructural en los componentes que unen el ala con el fuselaje o el muy importante sobrepeso son su responsabilidad, lo mismo que la lentitud en la entrega de ciertas capacidades que estaban comprometidas.
Otro aspecto a parte, es la política de veto y la falta de respaldo internacional. Creo que aquí sí habría que mejorar y decidir por mayoría, pero no debería un único país decidir si una venta se puede o no hacer, en contra de los demás socios (unidades vetadas por Alemania a Arabia Saudí). También falta respaldo a las políticas o intentos de venta de Airbus, ya que es ella la que tiene que hacerse sus campañas de promoción con muy poco respaldo estatal detrás.