Hasta ahora unos $1.400 millones en actualizaciones con otros $3.800 previstos en los próximos cinco años. El cambio de motores costaría otros $22.000 millones aunque ahorraría $10.000 millones en combustible y mantenimiento. Si se da el visto bueno, en cinco años se podría comenzar a razón de 30/40 cambios de motor por año. Otros cambios que ya están en marcha son el CONECT (mejora de las comunicaciones en red, del proceso de datos, cabina y reasignación de objetivos en vuelo, con 69 de las 76 unidades ya actualizadas), mejora en las comunicaciones, el reemplazo del radar (con morro diferente) que citó Orel por uno derivado de la familia APG-79/APG82 (produción inicial en 2024), posibilidad de actuar como avión de guerra electrónica gracias a la mayor generación de energía (si se cambian motores), mayor capacidad de carga de municiones guiadas (también internamente) y más variedad de las mismas, como por ejemplo las hipersónicas. Y como se ha citado, se prevé la redución de la tripulación gracias al cambio de radar.
Son vuelos que pueden servir para muchas cosas: mantenerlos operativos, agresores furtivos, probar tecnologías nuevas, encubrir a otros como dice Vorlon, etc. Pero han volado varias veces desde entonces.
