por Lepanto el Lun Jul 22, 2019 8:54 am
Según el portal de las fuerzas navales de la Federación Rusa, después del incidente del dique flotante PD-50, ahora se intenta reemplazar la capacidad de mantenimiento perdida tras el vuelco del dique en octubre pasado, OSK (consorcio ruso de construcción naval) está planeando crear dos nuevos diques en la planta de Reparación Naval N ° 35 (Murmansk). Según el diario ruso Kommersant, el costo del proyecto, que incluye la modernización de las instalaciones, asciende a 20.000 millones de rublos (unos 274 millones de euros). El trabajo se completará a fines de 2020, por lo tanto el portaaviones Admiral Kuznetsov no podrá continuar sus obras de actualización hasta 2021 cuando estén disponibles las nuevas instalaciones, esta información confirma el escenario evocado el pasado mes de marzo.
De todas formas estos plazos parecen muy ambiciosos, y esta solución deja ver entre líneas que en primer lugar Rusia so si eso tiene sentido, confirma que Moscú se niega a comprar este tipo de equipo en el extranjero (equipo que está disponible o se se podría disponer). Hay que recordar que el PD-50, que movía casi 220.000 toneladas a plena carga, era el muelle flotante más grande de Rusia, y que había sido encargado por la antigua URSS al astillero sueco Götaverken. La unidad fue entregada a los soviéticos en 1980. Hoy, China habría podido construir un muelle flotante equivalente, y estaría disponible a principios de 2020, pero no se contempla por Rusia.
En segundo lugar la opción de rescatar el PD-50, limpiarlo y repararlo tampoco se mantuvo finalmente, y eso que se estuvo considerado durante un tiempo. Y como tercera consecuencia, se pone en evidencia la falta de capacidad de producción rusa para construir este tipo de infraestructura. Los muelles flotantes más pequeños (Proyecto 1760 y derivados proyecto 1777), menos de la mitad del PD-50, se construyeron en la URSS, pero en el astillero Kherson, ubicado en Ucrania.
Durante casi 4 meses, OSK, el Ministerio de Defensa y el Ministerio de Comercio e Industria han considerado varias opciones para reemplazar el PD-50 en el mantenimiento y modernización de las unidades más grandes de la flota rusa comercial y militar. El PD-50 se usaba habitualmente también con los submarinos nucleares y los rompehielos atómicos para su mantenimiento. RosAtomflot, el operador de la flota de rompehielos nucleares rusos, contaba con el PD-50 para el mantenimiento de las nuevas unidades del Proyecto 22220, o el crucero Pedro el Grande también tenía prevista una MLU en el PD-50 ...
Entre las soluciones previstas, recurrir a la capacidad del nuevo astillero Zvezda (Rosneft) casí finalizado, pero en el Lejano Oriente ruso. La compañía de energía Novatek también ha sido contactada: el astillero que está construyendo cerca de Murmansk, Belokamenka, serviría para las unidades más grandes. Sin embargo, la marina pues no quieren negocios con el cartel de los energéticos rusos ...
Por lo que el incidente no está exento de consecuencias y derivadas, entre ellas:
En un plazo relativamente breve, la necesidad de proceder con la MLU de los submarinos atómicos y los rompehielos aumentará la presión sobre los astilleros de Severodvinsk (Sevmash y Zvezdochka) cuyas capacidades ya están saturadas. Hay pocas posibilidades de que se vuelque la capacidad del Lejano Oriente ya que, en los últimos años, estos proyectos se han caracterizado por una incapacidad crítica para cumplir con los plazos en el pasado. Y lo peor es que alrededor de estas MLU, hay un alto nivel de corrupción y malversación.
Los retrasos, aunque ya significativos, en la modernización de las unidades de superficie de alta mar probablemente aumenten, lo que compromete aún más la capacidad de Rusia para mantener su presencia en los océanos del mundo para la década de 2020. La Armada rusa ya se enfrenta a un "cuello de botella" en la modernización del crucero Pedro el Grande, el crucero Kuznetsov y el crucero de Mowskva, por no mencionar los grandes buques de guerra ASM del Proyecto 1155, entre otros.
El debate sobre la necesidad de lanzar un nuevo programa de portaaviones nucleares también lo deja en el aire. Sin embargo, claramente la cuestión es la cruel ausencia de un astillero apropiado en Rusia para construirlo así como a los destructores acompañantes. Paradójicamente, el accidente del PD-50 es un argumento para los defensores de grandes programas de superficie, que prefieren ver los fondos a invertir en un nuevo programa de portaaviones y en el desarrollo del astillero, y no para las MLU de los grandes barcos de la era soviética.
Ahora con prisas, es probable que Rusia se embarque en obras titánicas en Murmansk, que seguramente se completarán para 2022-2023. Con el consiguiente retraso para el Kuznetsov y acompañantes que tendranque esperar algunos años más antes de comenzar sus reformas.