nono escribió:y este quien lo paga Lepanto?.....deberias ser un poco mas respetuoso con los accidentes, era cuestión de tiempo desmontar tu mala fe, eres muy activo en este y otros forors en defensa de un invento que solo esta en la cabeza de cuatro que no quereis nada mas que marear, noise que intereses ocultos te mueven, porque no se puede defender algo a costa de menospreciar a los demas. Normalmente son complejos
Http://es.wikipedia.org/wiki/Accidente_ ... elimer_207
Así para empezar, te estás pasando de frenada, yo no tengo complejo de nada, tengo formación y experiencia profesional durante muchos años que me permite opinar incluso públicamente cuando me es solicitado, por lo tanto se de lo que escribo y hasta imparto docencia sobre ello.
No hay más ciego que él que no quiere ver y lamentablemente esa decisión lleva a tropezar una y otra vez en la misma piedra, imagínate si soy respetuoso en el tema, que solo comento aquello que ha trascendido al público y esta documentado en los medios tanto de forma impresa como gráfica. Por que yo si que me imagino, que tú sabes que también hay más cosas, y no se dicen.
Mis opiniones, son la conclusión por haberlos visto “actuar” durante muchos años, actuaciones que no solo no han mejorado con el paso del tiempo, sino que incluso se han estancado o retrocedido. Ni siquiera el día a día ha logrado generar un escaso poso de experiencia.
Y eso nos lleva a tu pregunta de ¿quien lo paga? Supongo que te refieres a todos los “incidentes” originados por la GCM, pues mira los pagamos, tú, -si eres ciudadano de este país-, yo y todos los españoles con nuestros impuestos.
Referente a mi actividad defendiendo un “invento” que solo está en la cabeza de cuatro, supongo que va por el tema de los guardacostas, ese invento curiosamente, ciñéndonos al entorno europeo, está centralizado desde haces muchos años y funcionando bien, y lo defiendo por considerar que es la opción más beneficiosa para el estado, por consiguiente algo que nos beneficia a todos. Ese es el interés oculto que me mueve a promover esa idea, pues en este país la dispersión de atribuciones en esta materia, esa si que solo beneficia a cuatro, a los políticos incompetentes, a los infractores de la legislación en la materia, a los intermediarios y las empresas sin escrúpulos, más bien cinco, pues habría que nombrar aquí también a aquellos que desde dentro de la institución piensan que por abarcar más y aparecer más van a ser más populares o mejores, y a esos les recuerdo el refranero español, cuando dice aquello de “Aprendiz de todo, maestro de nada”.