por Duque de Illumbe el Vie Feb 03, 2017 10:20 am
Pues es una verdadera pena pero es que, además, si atendemos a la evolución de los presupuestos, tenemos que el tope absoluto lo alcanzamos en 1985. Como quiera que estas cosas no se planean de un año para otro y que algunas de las decisiones, incluso en gobiernos que viven tan al día como los nuestros, se toman con tiempo, el recorte que vivimos desde entonces ya tenía que estar previsto.
Además, el contexto de crísis y reconversión industrial, tampoco ayudaba y hubiese sido muy complicado, por más que los militares estuviesen a favor, explicar a la población que íbamos a dotarnos de buques de propulsión nuclear en un periodo post-transición en el que todo el énfasis estaba puesto en afianzar las libertades -especialmente tras el 23-F- y en intentar que el primer gobierno socialista sobreviviese, algo que ahora nos parece normal pero que entonces nadie daba por seguro.
Vamos, que había demasiada presión en contra para este proyecto, amén de todo lo que ha señalado Kalma.
No obstante, si alguien coge una tabla como las que ilustran el libro del general Francisco Pérez Muinelo "El gasto de defensa en España 1946-2015" se da cuenta al instante de que, de haberse mantenido cierta correlatividad entre el aumento del PIB y el gasto en defensa, la propulsión nuclear no era ninguna quimera y hubiese sido perfectamente abordable.
Lo que me lleva a pensar que los militares de la época inmediatamente anterior a la llegada de los socialistas al poder y al afianzamiento democrático posterior al 23-F vivían hasta cierto punto en una nube, pensando que las cosas iban a seguir más o menos como hasta entonces en cuanto a gasto o que, de producirse un recorte, sería en forma de "aterrizaje suave" y no el batacazo presupuestario que hemos visto en las últimas décadas.
Dicho sea de paso, nos hemos pasado de frenada...