Esa noticia de los astilleros civiles es de 2009 del momento peor de las dudas por el tax lease, y de la tonnage tax. Un momento en que se cerró el grifo de la financiación con las consecuencias que ahí se describen, si no hay crédito no se pueden trabajar, pagar nóminas o comprar insumos.
Y la cosa fue a peor cuando la Comisión Europea hizo pública la decisión en 2013 considerando selectiva dichas medidas fiscales y solicitó la recuperación de las ayudas que proporcionó el Estado a los inversores navieros.
Esto se recurrió y no quedo aclarado hasta 2016 que se le dio la razón a España y sus astilleros, y a partir de ahí un nuevo despegue. En la refriega caen la naval de Sestao este año, y a lo mejor Vulcano.
Evidentemente no eran los mejores años para el sector, pero si no eran buenas para ellos, tampoco el sector público estaba mejor, pues en esos años cosechaba números rojos a cientos de millones por el desajuste contable, lo que tuvo que ser corregido por la Sepi,que concedió un préstamo participativo de 140 millones en marzo de este año para elevar el capital social y evitar así que Navantia estuviese en causa de disolución según los criterios establecidos en la Ley de Sociedades de Capital.
La dinámica de préstamos participativos arrancó en 2015, con la novación en mayo de créditos tecnológicos y su conversión en participativos por valor de 128,8 millones, y en diciembre otros 79 millones. Adicionalmente, Navantia necesitó de un nuevo préstamo de 60 millones también concedido en diciembre.
En 2016 fueron otros dos créditos, uno de 63 millones en julio y otro de 30 millones en diciembre. El año 2017 fueron necesarias tres inyecciones, 90 millones en marzo, 109 millones en junio y 100 millones en diciembre. En los tres años se contabilizaban los 659,7 millones de los señalados anteriormente, a los que hay que sumar el último préstamo de 140 millones de marzo 2018. Y aún así en 2018 da compañía cosechó 297 millones en números rojos coronándose por segundo año consecutivo como la empresa más deficitaria de las que controla la Sepi.
De que estamos hablando, eso es un pozo sin fondo, sin viabilidad en las circunstancias actuales y me lo vas a comparar con Francia,
Echa un vistazo, salen casi los mismos números pero a la inversaEl caso francés no es un problema económico que a lo mejor lo tienen, es un caso de política de estado por un lado, y por otro que los accionistas Thales en el caso francés y Leonardo por el lado italiano estaban preparando una operación que podría dejar al estado francés fuera de juego después de la compra de los astilleros STX de Francia por parte de la italiana Ficantieri.
Son casos completamente distintos, ya me gustaría a mi estar en esa situación,
Y si llegamos al caso de los cuatro petroleros montados en plan mecano, peor me lo pones, había pensado que se hacía más de lo que parece y con respecto a mantener sectores estratégicos, si, pero así no. Yo acepto un astillero público, pero ajustado en dimensiones y costes no así.
Es que al final todo lo que hemos vendido al exterior, nos está costando dinero, se puede asumir en los pedidos propios y aún así a ver hasta donde, pero es que esto es un desproposito.
Y como la economía tiene sus ciclos los astilleros privados se tendrán que preparar para ellos, la prueba es que entre la crisis, las dudas del tax lease o el tonnage tax, ahí están, y su supervivencia no salió del bolsillo de papá estado.
Además Fene, tiene la prohibición de la Unión Europea que impide construir barcos al
astillero público, si esa parte se privatiza, no hay limitación en el tipo de construcción y menos ahora, ese es un tema que la Xunta lleva tratando con el ministerio y la SEPI, pues desde hace varios años, hay intereses de astilleros privados en hacerse con las instalaciones, pues carecen de instalaciones para construir buques de más de 200 metros de eslora, o sea ante la posibilidad de descargar lastre se cierran en banda a esas operaciones que además se hacen con dinero no estatal.