Como consecuencia de este decreto, el 4 de septiembre se firma una real orden circular en la que se dictan reglas para la onganización del Tercio de Extranjeros.
Ahí están ya, sobre el papel, los legionarios, con sus unidades, sus uniformes, su empaque de cuerpo de primera línea, su gorro, dud ascensos, sus devengos. Ahí están ya, a punto de llegar a Ceuta, ciudad madre de La Legión, plaza española. En la orden de 4 de septiembre se establece la organización del Tercio con una Plana Mayor, una Compañía de depósito e instrucción y tres Banderas iguales. Cada una con dos Compañías de fusileros y otra de ametralladoras.
Los legionarios, una vez que juren nbandera, cualquiera que sea su nacionalidad, quedaran como soldados españoles sujetos al Código y a las Ordenanzas vigentes. Se sañala a Ceuta como cuartel permanente del Tercio, donde radicarán sus oficinas, almacenes y la representación u depósito.
El uniforme y equipo atenderá principalmente a ser práctico, cómodo, vistoso y económico. Se definen las prendas principales, entre las que no puede olvidarse aquí el gorro, con el que tantos legionarios han muerto por España y el capote manta, prenda de abrigo en campaña, difícilmente mejorable.
Se establece el destio de libre elección para los jefes y oficiales, siendo condiciones recomendables los méritos y servicios de campaña,
espacialmente los prestados en territorio de África. Los legionarios podrán ascender a alférez o teniente, pero siempre dentro del Tercio, sin pedir destino a otras unidades (Escala Legionaria, desaparecida en 1.986).
Los extranjeros recibirán siempre el mismo trato que los españoles, con la posibilidad de que, a los dos años de servicio, les sea extendido un certificado base para la concesión de la ciudadanía española, si lo desean.
Se señalan los haberes de lkas diversas clases. Respaecto a los legionarios se separan tre conceptos distintos: haber en mano, rancho y masita-ahorro. El primero es variable en función del grado. La cantidad destinada a alimentación es común para todos e, inicialmente fijada en dos pesetas. El vestuario (masita) y ahorro es un fondo por el que se ditaba al legionario con 225 pesetas en el momento de su incorporación y 0,85 céntimos diarias. Una vez descontado el precio del uniforme y del equipo que se le entregaba, el interesado podía reclamer el resto, o bien, como se recomendaba, ahorrarlo bajo dirección y garantía de sus capitanes.
En la orden de 4 de septiembre, verdadera carta magna de La Legión, de la que hemos extractado algunas reglas, se dibuja ya a grandes rasgos lo que había de ser, en lo material, aquel Tercio soñado y creado por el entonces teniente coronel Mollán Astray.
Lo fundamental es el
espíritu. La Legión había sido engendrada en la mente de su fundador como un acto violento, apasionado, de amor a España, y al mismo tiempo, como una profesión de fe en los más humoldes, en los más desarraigados, en los despreciados por la sociedad. Á‰stos, los pequeños, los que no tenían, los que necesitaban, eran los que podían dar a España lo que otros no se strevían a dar. Á‰stos humildes podían encontrar un camino, un hogar, un calor humano que les había sido negado. Á‰ste y no otro era el material humano buscado; pero, ¿cómo hacer para que esa fuerza de la humildad, de la oncompremsión, de la desgracia, se tornara en un huracán de amor a España y de buen servicio?
Millán Astray escribió frases que se convietieron en el "Credo del Legionario". Doce frases de autentica virtud castrense, en las cuales se demuestra todo lo que representa La Legion para sus hombre.
CREDO LEGIONARIO:
EL ESPIRITU DEL LEGIONARIO: Es unico y sin igual; es de ciega y feroz acometividad, de buscar siempre acortar la distancia con el enemigo y llegar a la bayoneta.
EL ESPIRITU DE COMPAí‘ERISMO: Con el sagrado juramento de no abandonar jamás un hombre en el campo, hasta perecer todos.
EL ESPIRITU DE AMISTAD: de juramento entre cada dos hombres.
EL ESPIRITU DE UNION Y SOCORRO: A la voz de "¡A mí La Legión"!, sea donde sea, acudirán todos, y con razón o sin ella defenderán al legionario que pida auxilio.
EL ESPIRITU DE MARCHA: Jamás un legionario dirá que está cansado, hasta caer reventado; será el cuerpo más veloz y resistente.
EL ESPIRITU DE SUFRIMIENTO Y DUREZA: No ae quejará de fatiga, ni de dolor, ni de hambre, ni de sed, ni de sueño; hará todos los trabajos; cavará, arrastrará cañones, carros; estará destacado, hará convoyes, trabajará en lo que le manden.
EL ESPIRITU DE ACUDIR AL FUEGO: La Legión desde el hombre sólo hasta La Legión entera, acudirá siempre a donde oiga fuego, de día, de noche, siempre, siempre, aunque no tenga orden para ello.
EL ESPIRITU DE DISCIPLINA: Cumplirá su deber, obedecerá hasta morir.
EL ESPIRITU DE COMBATE: La Legión pedorá siempre, siempre combatir, sin turno, sin contar los dias, ni los meses, no los años.
ESPIRITU DE LA MUERTE: El morir en el combate es el mayor honor. No se muere más que una sóla vez. La muerte llega sin dolor, y el morir no es tan horrible como parece. Lo más horrible es vivir siendo un cobarde.
MA BANDERA DE LA LEGION: Será la más gloriosa, porque la teñirá la sangre de sus legionarios.
TODOS LOS HOMBRES LEGIONARIOS: Son bravos; cada nación tiene fama de bravura; aquí es preciso demostrar qué pueblo es el más valiente.
¡¡VIVA ASPAí‘A!!, ¡¡VIVA EL REY!! ¡¡VIVA LA LEGIí–N!!.
(Tomado textualmente del librillo del legionario)
Mañana iremos reseñando punto por punto este Credo legionario y veremos porqué de todo ello, aunque parezca un anacrónico y transoñado decálogo los puntos del Espiritu legionario tiene su porque, vigente hoy en día con sus giros lógicos de la evolución de La Legión.
Seguiremos.
Saludos. Al-Lah Akbah Hermanos.