Orel escribió:El problema está cuando la empresa los contrata también con la idea de que usen su influencia y red de contactos para que les aprueben proyectos y compren productos que no son los mejores para las necesidades de las FAS, o para conseguir ampliaciones de plazo y sobrecostes indebidos.
Saludos
Todas, absolutamente todas las empresas quieren que les aprueben proyectos y compren productos que no son los mejores para las necesidades de las FAS, o para conseguir ampliaciones de plazos o sobrecostes. Las empresas quieren vender sus productos y ganar dinero. Planteárselo desde otra perspectiva es un error. Todas las empresas quieren diseñar y fabricar los mejores productos o los de mejor relación prestaciones-coste. Simplemente porque otra cosa se llama fraude y es ilegal.
Un individuo puede tener que dejar toda la documentación en la oficina cuando se va, pero los contactos se los lleva con él, no pueden desaparecer.
Milites escribió:Lo que esta prohibido es que un cargo (no una titulación o cualificacion) que ha tenido poder o capacidad para la contratación pública, la decisión o firma en la misma, es decir, que haya podido enajenar dinero público en servicios y bienes, se vaya a una empresa del sector. Esos cargos los hay en todos los departamentos y están definidos legalmente. Tienen que esperar dos años, y lo saben antes de aceptarlo. Como los médicos formados en las FAS tienen que servir creo que son 4 años, y los pilotos 10.
Ahí entramos en un pozo negro bastante chungo. En teoría ninguno de esos que al final firman deciden nada, o lo que deciden lo hacen al principio, en el qué se licita y con qué características. Si la licitación va por donde debe ir, el tema es puramente técnico y no intervienen. Si en la práctica mandan y ordenan, y los que están debajo obedecen y manipulan, pues qué decir, que para mi que se vayan a la privada lo antes posible y un jeta menos en lo público. Ya ves que hasta eso puede ser un depurativo que nos beneficie a todos porque desde que se haya ido solo podrá estropear lo que dependa de su nueva empresa, no de cualquier empresa dispuesta a que se le caiga del bolsillo una cartera con billetes, muchos billetes.
Atticus escribió:Si el tango decia que veinte no eran nada, dos... ni te cuento. Cualquier "untada" de medio pelo te da para sobrevivir esos dos años sin problemas. En este mundo, ademas, hay demasiados "bomberos", demasiadas "mangueras" y demasiado cuidado en pisarlas. Que el limite de tiempo sean esos dos años (a todas luces mas que insuficientes) tambien nos esta contando otro elemento de la "tormenta perfecta", que es el que a los partidos politicos tambien les interese este tipo de componendas. Al fin y al cabo no deja de ser un medio para librarse de un señor con influencia que quieres sacar de tu esfera. Una "patada hacia arriba" de libro. Cuando la cosa ya no es "expulsion" de la vida politica sino "exilio", el problema es mejor porque el señor vuelve de sus cinco añitos en la privada a donde solia en lo publico y ya la tenemos liada otra vez. Claro, se que esto son casos realmente puntuales, una minima parte de la casuistica, pero el problema es cuando afecta al grueso de los casos solo porque conviene para unos pocos.
Hay otros casos de puertas giratorias, son las que se van gestando poco a poco durante la faceta pública.
Atticus escribió:En realidad creo que este tema, como tantos otros, depende de la voluntad. Pongas las leyes que pongas, mas duras o menos, si hay voluntad las "puertas giratorias" se convierten en algo muy beneficioso para las partes. Pero, igualmente, si la voluntad es diferente dara igual y se convertira en alto muy pernicioso para todos. Quizas la unica manera de controlar estas cosas sea el control publico, con luz, taquigrafos y tweeter sobre sueldos y acciones de los implicados durante un extenso periodo de tiempo. O sea, lo que se ha venido a llamar "transparencia". O sea, que ni de coña lo vamos a ver.
Cuidado con lo que se pide, que existe el riesgo de conseguirlo y después uno se arrepiente. Recuerdo cierto político, que recientemente ha abandonado todos sus cargos públicos, que en un momento determinado, en conversaciones entre partidos, pedía luz y taquígrafos. Años después, cuando él iba a estar entre los encargados de negociar, hablaba de no sé qué lógica discreción.
Oye, que tengo la misma curiosidad en saber lo que hace y cobra un cargo público que hace cosas que me afectan, como del responsable de mi banco, de mi eléctrica, del que hace el pan que me como...