En cualquier conflicto armado son muchos los factores que pueden
determinar la victoria de uno u otro de los contendientes, pero
el más importante siempre fue la capacidad ofensiva y esta
a su vez está condicionada por otros tantos factores, entre
ellos el tecnológico. El que posea una tecnología
más avanzada será el más poderoso.
Desde sus principios el ser humano se vio forzado a defenderse
e incluso atacar, ya fuese a animales o a otros seres humanos
y se dio cuenta que podía usar objetos con los que proyectar
y aumentar su capacidad ofensiva. Ese fue su primer paso hacia
las mejoras tecnológicas en el campo de batalla. Quizás
el primer arma fue un simple palo, que le confería al atacante
mayor rango de efectividad y fuerza. Después llegaría
la piedra usada como elemento arrojadizo que capacitaba al agresor
para atacar desde una distancia segura para si mismo ante, por
ejemplo, un contendiente armado con el palo. A medida que evolucionaba
la humanidad evolucionaban sus armas, así llegaron las
espadas, y mejoras tecnológicas para estas como mejores
aleaciones para la hoja, etc…
Hasta la edad media la tecnología bélica no cambió demasiado, evolucionando más rápidamente en las épocas posteriores y sufriendo un dramático avance a partir de principios del siglo XX. El denominador común de este avance fue el deseo de poder proyectar la fuerza del atacante a distancias cada vez mayores para salvaguardar su propia seguridad. Así llegamos al teatro de batalla actual que en líneas generales esta compuesto por fuerzas capaces de actuar en cualquiera de los medios del planeta ya sea por tierra, mar o aire e incluso mas recientemente por el espacio. Una vez alcanzada esta capacidad el siguiente paso es someterla a una evolución constante, a un desarrollo tecnológico. Ese desarrollo, enfocado en los elementos bélicos de tecnología más puntera, será el que veremos en este artículo, y que pretende evitar imagenes como la del encabezado.
El cañón de rail o cañón electromagnético
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Desde el desarrollo del primer cañón, el objetivo de las mejoras aplicadas a este se han centrado básicamente en 3 aspectos; Alcance, potencia y precisión. Cañones más largos, sistemas para aumento de la cadencia de tiro y computadoras que daban la solución de disparo han sido los principales avances, pero el principio original se mantenía; Un propelente que impulsaba un proyectil a través del cañón lanzándolo a gran distancia. Ahora entra en escena un nuevo sistema que cumple el mismo objetivo pero con mucha mayor eficacia, el cañón electromagnético. Su funcionamiento, que pasamos a detallar, se basa en los principios que rigen el comportamiento de los campos magnéticos y las corrientes eléctricas. Por todos es sabido que los polos homólogos de los campos magnéticos se repelen. Si acercamos los dos polos N de dos imanes estos intentaran separase. Si llevamos este sistema a sus extremos nos da lugar a un arma excepcional. Su funcionamiento es simple: Dos raíles (De ahí su otro nombre “Arma de rail”) conectados a una potente fuente de pulsos eléctricos convenientemente posicionados en el entorno de un poderoso campo magnético. Mediante un sistema neumático se lanza entre esos raíles un proyectil cuya superficie sea conductora y haga contacto con los raíles a una velocidad considerable cortocircuitándolos y formando a su alrededor un nuevo campo magnético que será intensamente repelido por el otro campo “local” haciendo que acelere excepcionalmente y que el proyectil sea proyectado fuera del sistema a una gran velocidad. Algunas variantes prescinden del campo magnético “local” utilizando el de los propios raíles.
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Este sistema básico ya ha sido ampliamente mejorado en muchos aspectos, como por ejemplo evitando el rozamiento del proyectil conductor en los raíles sustituyendo este por uno formado por un elemento no conductor rodeado por una capa de aluminio, que al entrar en contacto con los raíles pasa del estado sólido al de plasma (Conductor) a causa del calentamiento sufrido al circular la corriente eléctrica por él, quedando el proyectil suspendido sin perder energía alguna.
Actualmente se llegan a velocidades de salida de 20 Km/s obtenidas
en el Laboratorio Nacional de Sandia.
Por si algunos lo estabais pensando, os diré que efectivamente
se trata de la misma arma que aparece en la película “Eraser”
de Arnold Schwarzenegger aunque evidentemente aun no se ha llegado
a tales niveles de miniaturización.
Su uso directo más inmediato se encuentra en un prototipo del futuro MBT (Main Battle Tank) norteamericano proyectado para el año 2015 que incluye este arma en forma de cañón multitubo de calibre moderado como elemento principal pudiendo ser usada tanto para atacar blancos terrestres como en forma de antiaéreo dada su alta cadencia de tiro y alcance efectivo. No obstante dado que su tamaño es considerablemente menor que él de sus compañeros de propelente químico a igualdad de capacidades, es seguro que terminara sustituyéndolos en casi todos los sistemas en los que estos se usan sin necesidad de grandes cambios en los mismos, así veremos como los cañones convencionales serán sustituidos por el de raíl en fragatas, cazas, tanques e incluso se llegara el cañón electromagnético portátil como arma personal de infantería.
